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De lunes a viernes, unos minutos después de las siete de la mañana, el portón de la preparatoria oficial 128 General Francisco Villa se cierra con candado y pesadas cadenas de metal. Los alumnos del turno matutino se dispersan y entran a clase. Entre las principales reglas, hay una que sobresale: una vez dentro, nadie puede acercarse a la reja.

No saben si es la mejor decisión, pero es lo poco que pueden hacer para no dejar entrar a la violencia que permea la zona, dice Leticia Fragoso, directora del plantel.

La pequeña escuela es la primera que se construyó sobre la avenida San Andrés, en la colonia Hank González, perteneciente a Ecatepec.

Aquí, a 30 minutos de la Ciudad de México, hay 101 mujeres desaparecidas desde hace una década, según los registros de la base de datos de Odisea, sitio creado por la Procuraduría General de Justicia del estado para la divulgación de personas desaparecidas o no localizadas, como lo define su página de internet.

Entre 2000 y 2015 se registraron mil 481 fichas de mujeres que dejaron su último rastro en algún punto del estado mexiquense. 50% no superaba los 18 años al desaparecer.

La información sobre la circunstancia de las desapariciones es escasa. Camino a la escuela no las volvieron a ver. Salieron a buscar un café internet para terminar sus tareas y no volvieron. O fueron a la tienda.

Actualmente la base de datos de Odisea ya no existe pero el Programa de Difusión de Personas Desaparecidas. “¿Has visto a…?”, de la Procuraduría General de la República (PGR), se convirtió en la única fuente para buscar el número actual de mujeres ausentes en el Estado de México. El sitio sólo tiene 36 registros, cifra que equivale a 2% del total de las fichas que existían en el portal de Odisea.

La escuela tras las rejas. La colonia Hank González está a poco más de media hora de distancia de la Ciudad de México.

La colonia se ha ganado fama los últimos años, no por el número de bibliotecas o de espacios recreativos para los jóvenes, sino por ser un sitio de riesgo: desde hace cuatro años se han reportado 183 feminicidios, según los datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.

En ese mismo punto, se levantó la preparatoria “Pancho Villa”. Una pequeña barda, que apenas sobrepasa los dos metros de altura, intenta separar a sus alumnos de la violencia. “En algún momento pensamos si estábamos haciendo bien o mal, porque pusimos sanciones si te acercabas a la reja”, dice su directora.

Alejandra, una joven de 18 años, se queda afuera de los salones cada vez que tocan el timbre entre clases. Al final de la jornada sortea la violencia de las dos zonas más inseguras del Estado de México. En su colonia Benito Juárez está el área de La Mesa, un terreno baldío símbolo de la violencia criminal. “A cada rato tiran a jovencitas ahí”, relata la estudiante.

Esa es una de las razones por las que siempre ha elegido estudiar en las mañanas. Si saliera tarde, el camión que toma de regreso a casa iría casi vacío. “Estamos cansadas de salir con miedo y sin saber si vamos a regresar a casa. Te asaltan. Te violan. Te desaparecen”, dice con algo de molestia.

Los números que alarman. En 2012 dos pupitres de esta escuela se quedaron vacíos. Sus ocupantes desaparecieron. Se levantaron denuncias, pero hasta el momento nadie sabe cuál fue su destino.

Guadalupe lleva unos leggins y una playera holgada. Tiene 17 años e intenta vivir sin miedo. La joven estudiante relata que en el camino a su casa ha contado hasta 20 carteles diferentes de mujeres desaparecidas. “No salgo mucho. Es difícil que mis papás me dejen ir a fiestas”, dice.

La Unidad de Periodismo de Datos de EL UNIVERSAL sistematizó todos los registros de mujeres desaparecidas que se encontraban en el portal de Odisea hasta noviembre de 2015, la base de datos de personas extraviadas en el Estado de México. La frase “¡¡¡Tú también puedes ayudarnos a encontrarlo!!!” enmarca los rostros de mil 481 mujeres que estaban en este sitio.

En la entidad hay al menos 634 jovencitas entre los 13 y los 17 años que siguen desaparecidas, según los datos recopilados del portal Odisea. Ecatepec registra 101, Valle de Chalco tiene 108. El primer lugar lo ocupa el municipio de Nezahualcóyotl, donde hay 220 mujeres que siguen como “no localizadas”.

Este programa, perteneciente a la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, ocupa cuatro términos diferentes para las fichas que concentra. Cualquiera puede ser una persona desaparecida, no localizada, ausente o extraviada.

A mediados de 2014, el procurador de justicia, Alejandro Jaime Gómez, creó la Fiscalía especializada para la investigación de personas desaparecidas, no localizadas, extraviadas y ausentes. La Ciudad de México no cuenta con una unidad igual.

EL UNIVERSAL solicitó una entrevista para saber su postura ante el tema, pero hasta la publicación del reportaje no se obtuvo respuesta.

En julio de 2015, la Secretaría de Gobernación declaró alerta de género en 11 municipios del Estado de México: Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla, Toluca, Chimalhuacán, Naucalpan, Tultitlán, Ixtapaluca, Valle de Chalco, Cuautitlán y Chalco.

Casi un año después, se puso en marcha la campaña “No permitas que las arranquen de nuestras vida”, en la que trabajarán de la mano el Observatorio Nacional Ciudadano del Feminicidio, la Comisión de Derechos Humanos de Edomex y los 11 municipios de la alerta para intentar poner freno a un problema que se les ha salido de las manos.

Para Alejandra y Guadalupe es como jugar un volado todos los días. “Aquí nadie sabe si va a regresar a su casa”, admiten con voz baja, como si estuvieran contando un secreto. Pero eso no les quita las ganas de vivir como cualquier adolescente.

Eligen su ropa pensando en lo que quieren vestir. Las fiestas en sus colonias no abundan, pero luchan por asistir a las que las invitan. Toman el transporte público con miedo, pero siempre viendo a todos los que las rodean. Les gusta ir a la escuela, quieren salir del Estado de México, pero no se acercan a la reja.

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