Mexicanidad: “carácter
o condición de mexicano”
(Real Academia Española).

En su ensayo Diversidad biocultural – Especies amenazadas, lenguas en peligro, Jonathan Loh y David Harmon señalan que las lenguas miden la diversidad cultural de un país y las especies miden su diversidad biológica. Son su identidad nacional. Durante milenios naturaleza y cultura han evolucionado juntas, y la diversidad lingüística florece en donde hay alta biodiversidad. Hoy ambas están en crisis por el crecimiento de la población humana, la globalización y nuestros desmesurados patrones de consumo.

Mucho se ha escrito sobre la maravillosa biodiversidad de México. Sorprendentemente, hemos ignorado nuestra excepcional riqueza lingüística. Con menos de 1% de la superficie del planeta, nuestro país es el quinto más diverso lingüísticamente después de Papúa Nueva Guinea, Indonesia, Nigeria e India. Y es el cuarto en biodiversidad después de Indonesia, Brasil y Colombia. En México se hablan 5% de las lenguas y viven 10% de las especies de plantas y animales del mundo. Lo malo y lo feo es que muchas están en peligro de extinción. Mexicanidad acorralada.

Por un lado, ya perdimos 127 especies: 26 plantas, 38 peces, 29 anfibios, 19 aves y 15 mamíferos, y otras 479 están en grave peligro. Por el otro, permitimos que se extinguieran (es decir, no hay hablantes vivos) nueve lenguas: cuitlateco, opata, pame (sureste), tepecano, tubar, chiapaneco, eudeve, pochuteco y cochimi. De las 364 lenguas (o variantes lingüísticas) que se hablan hoy en México según el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, 64 están en muy alto riesgo de desaparecer y 43 están en alto riesgo de desaparecer.

Duele y ofende la pérdida de la lengua kiliwa en Baja California, condenada a la extinción: uno de sus últimos tres hablantes murió en febrero. De acuerdo con el Inali, otras lenguas en peligro de desaparecer son el awakateco (3 hablantes), tuzanteco (5), ayapaneco (8), Ixil nebajeño (12), zapoteco de Mixtepec (14), ku´ahl (20), ixcateco (21), Kaqchikel (35), zapoteco de San Felipe Tejalápam (50), Ixil chajuleño (52), zapoteco de Asunción Tlacolulita (53), oluteco (60), chocholteco del oeste (62), K'iche' occidental (65), K'iche' central (65) y teko (71). ¿Cómo podemos permanecer impávidos cuando semejante tragedia toca a la puerta?

Casi 7% de la población mexicana mayor de tres años habla una lengua indígena y cuatro agrupaciones lingüísticas concentran la mayoría de los hablantes: náhuatl (1 millón 376 mil), maya (759 mil), mixteco y zapoteco (400 mil). En Chiapas, Guerrero, Hidalgo, México, Oaxaca, Puebla, Veracruz y Yucatán viven 77% de los indígenas mexicanos y sus tierras representan más del 14% (28 millones de hectáreas) del territorio nacional. Las zonas con más biodiversidad, en particular las exuberantes selvas húmedas, poseen también más diversidad de lenguas. Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero y Michoacán albergan la mayor diversidad biológica del país y, son también, junto con Puebla, los estados con mayor diversidad lingüística.

Para la muestra un botón. En Oaxaca se hablan 157 lenguas indígenas y vive casi la mitad de las especies de vertebrados, la quinta parte de invertebrados y 40% de la flora del país. Es la joya de la corona. Nuestra Guelaguetza biocultural. Según la Conabio la densidad lingüística en Oaxaca, Veracruz y Guerrero es comparable con zonas en Papúa Nueva Guinea, los Himalaya, Nigeria y Camerún.

Epílogo. Las lenguas se extinguen porque toda la población de hablantes fallece o son forzados a hablar un lenguaje diferente y olvidan su lengua materna. Las especies se extinguen porque destruimos su hábitat y las explotamos excesivamente. Aunque todavía no lo vislumbremos con claridad, existe una relación profunda y ancestral entre lenguas y especies. Cuando una lengua se extingue dilapidamos la cultura de un pueblo y su conocimiento milenario del mundo natural. Perdemos nosotros, pierde la humanidad.

Científico y ambientalista.
Twitter: @ovidalp

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