Ali Abdullah Saleh es un nombre famoso en política, alianzas, complots y supervivencia en la intrigante historia moderna de su país, Yemen, y la región. Fue presidente entre 1978 y 2012. Fue un líder influyente incluso después de dejar la presidencia en Sanaa en 2012, debido a sus relaciones tribales y su apoyo dentro de las instituciones gubernamentales. Su alianza con las fuerzas Houthis en 2015 derrocó a la autoridad legal liderada por Abed Rabbou Mansour, y fue el comienzo de una sangrienta guerra dentro de Yemen. La coalición árabe encabezada por Arabia Saudita apoya al gobierno legal contra los houthis proiraníes y las fuerzas del ex presidente en una guerra que trajo miseria y destrucción a uno de los países menos desarrollados

Ali Abdullah Saleh fue asesinado el lunes por sus aliados, los houthis en las afueras de Sanaa. Su declaración la semana pasada contra los “agentes de Irán” y su llamado a abrir una nueva página con los vecinos detonó la reacción violenta de sus aliados que tienen una historia de enemistad y desconfianza con él durante su presidencia. Su alianza era un acuerdo tenso e improbable a partir de intereses temporales compartidos. Seis guerras fueron libradas por el presidente Saleh contra los houthis en el norte durante su larga permanencia en el cargo. Su repentino cambio de estrategia fue anunciado sin una preparación suficiente para enfrentar militarmente las consecuencias en la capital. Los houthis obtuvieron la ventaja y no se estableció ninguna coordinación con las fuerzas de la autoridad legal cerca de Sanaa para enfrentarlos. Saleh fue asesinado tratando de escapar de la ciudad y los houthis se jactaron de su victoria y del final de la traición de su socio.

El flip flop de Saleh la semana pasada fue aclamado como el comienzo del final de la guerra yemení. No era posible terminar el conflicto mientras Irán siga su plan expansionista en la región. La abrumadora dominación de los houthis sobre las instituciones del Estado y su monopolio de las ganancias económicas durante una aguda crisis social fueron el combustible que Saleh usó para instigar a tribus leales a él contra sus aliados. La coalición árabe respondió positivamente a la acción de Saleh. Con su muerte, el debate es sobre quién perdió... ¿la coalición saudita o los houthis?

Los houthis perdieron un aliado estratégico y la coalición árabe perdió un elemento importante que podría destruir el poder de los houthis. ¿Las fuerzas leales a Saleh van a unirse a la coalición árabe?... Saleh no era un aliado confiable de todos modos, era conocido por apuñalar por la espalda y cambios de opinión con sus amigos pero, ¿cuál sería la elección de sus leales tribus? ¿Van a volverse contra sus asesinos?...

Todas las partes en el conflicto yemení están buscando una salida de este cenagal. El país está al borde de la hambruna. Las agencias de Naciones Unidas estiman que hay ocho millones de yemeníes que necesitan ayuda urgente. La epidemia de cólera se cobra la vida de miles de personas. La destrucción de la infraestructura civil y de salud dejó a la población en una aguda miseria. Se considera que Yemen es uno de los países menos desarrollados y la guerra causó el deterioro de lo logrado en las últimas décadas. Incluso los houthis que consideran el asesinato de Saleh como necesario para continuar la guerra, han expresado su disposición para el diálogo.

La Cumbre del Golfo en Kuwait el martes hizo hincapié en la urgencia de una solución política en Yemen. El Consejo de Seguridad emitió, después de una sesión a puerta cerrada, una declaración pidiendo calma y diálogo en Yemen. Los esfuerzos internacionales por una solución política enfrentarán una nueva situación en Yemen después del dramático fallecimiento de Saleh. La guerra yemení ha entrado en un nuevo episodio esta semana.

El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011nouhad47@yahoo.com

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