En su forma más pura y bien utilizadas, las redes sociales han ayudado en muchas ocasiones a la denuncia y hasta resolución de distintas situaciones.

Sin embargo, en los últimos meses se han transformado en una plataforma en la que impera la polarización y la confrontación ante las diferentes ideas que hay en relación a la vida nacional.

Ya sea de política, economía, seguridad, deportes, etc., las discusiones son constantes, los insultos son terribles y lo peor es que la mayoría se escuda en el anonimato para poder decir y hacer cuanta cosa se les ocurre aunque no tenga razón, aunque no tengan los fundamentos para salir en defensa de lo indefendible.

Las redes se han convertido en un enorme ring en el que las peleas no permiten que fluya la información y el debate con el que se enriquezca el pensamiento social.

Desafortunadamente, esto no solamente tiene que ver con la gente común y corriente, como usted y como yo, sino que los personajes y hasta instituciones oficiales le han entrado a esta dinámica negativa. Y así, es común ver discusiones entre políticos u otros personajes "importantes" enfrascarse en discusiones que no dejan nada de provecho.

No soy un hombre de redes, pero si de estar atento a la información y a todo lo que se mueve alrededor de los temas de interés nacional. Sin embargo, al charlar con diferentes personas, he notado esa molestia por lo que ha sucedido con estas plataformas.

Está claro que al ser millones de personas las que utilizan estas redes para estar al día en cuanto a información y buscar opiniones, todos están expuestos a encontrarse con alguno de estos personajes.

Lo mejor, en todo caso, es no tomar estás redes como algo personal. Tomar la información que surge en las mismas, leer, analizar y entonces seguir adelante. Y para aquellos que gustan de publicar opiniones, la exposición es mayor, vienen los ataques en cascada.

Es un tema delicado, que no suma y aunque claro que no es algo que se pueda regular, me parece que hay dos cosas que se pueden hacer:

Que los funcionarios, personajes e instituciones no se suban a ese ring y aporten para la pluralidad y no a la polarización; y segunda, que como sociedad entendamos que no todos tenemos que pensar igual, que siempre habrá alguien que no esté de acuerdo con nosotros y que el respeto siempre será fundamental para realmente generar un cambio.

Profesor

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