El cardenal Norberto Rivera, que próximamente cumplirá 75 años, presentó su renuncia como arzobispo primado de México, y aunque el papa Francisco aún no la acepta, ya hay una serie de candidatos que podrían suceder al sacerdote.

Bernardo Barranco, analista de temas religiosos, explicó que el procedimiento para nombrar al sucesor de una diócesis o arquidiócesis no es una “votación”, sino que se trata de un juego de “pesos y contrapesos”.

Comentó que gran parte del proceso lo realiza el nuncio apostólico, a través de consultas.

El representante diplomático de El Vaticano tiene la posibilidad de presentar una terna de obispos y arzobispos, que a su parecer son los candidatos idóneos; sin embargo la decisión final la toma el pontífice, en este caso, el papa Francisco.

Hoy se señala que su posible sucesor sería Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla y ex presidente del Conferencia del Episcopado Mexicano y ex presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, donde habría entablado relación con el ahora Papa Francisco. Se trata del sexto mexicano que alcanza la designación de cardenal en este momento y fue concedido por su amigo el Papa Francisco.

Otro de los posibles sucesores sería el cardenal Francisco Robes Ortega, actual presidente de la CEM y arzobispo de Guadalajara, quien ha acumulado experiencia sobre el impacto de violencia en México, debido a que él se desempeñó como arzobispo de Monterrey durante la etapa más violencia de la expresiones del narcotráfico en aquella entidad.

Por el perfil que han desempeñado se señala a los obispos de Morelos, Ramón Castro Castro, por su labor en su diócesis contra la inseguridad; así como el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera, cuya línea pastoral se ha enfocado en atender los impactos de la violencia en Nuevo León.

Elio Masferrer, investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), enfatizó que el sucesor al frente del arzobispado de México debe ser una persona dinámica que “posicione el catolicismo en la Ciudad de México, alguien que haga ruido al sistema”.

Señaló que el nuevo arzobispo debe contar con “mucha muñeca política”, sobre todo en el contexto de la sucesión presidencial del 2018.

En ese sentido consideró al obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, como un personaje que se acerca a este perfil, al igual que Rogelio Cabrera el arzobispo de Monterrey.

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