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Las cifras de embarazos adolescentes y en niñas menores de 15 años que reveló la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres (ENIM) 2015 muestra la necesidad de llevar la educación sexual a las aulas desde la educación básica de México, consideró el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Christian Skoog.

En entrevista con EL UNIVERSAL, señaló que hay avances del gobierno federal, como la Estrategia Nacional para Prevenir el Embarazo Adolescente, pero el cambio que se requiere hacer es principalmente cultural y debe iniciar en la escuela y en los hogares, con los padres de familia.

El objetivo es que los padres de familia, profesores y adolescentes puedan tratar el tema de la sexualidad y los métodos anticonceptivos abiertamente y sin tabúes, y que se comprenda que ejercerla con libertad y responsabilidad también es un derecho que tienen.

Asegura que atrás de los embarazos en adolescentes están la violencia intrafamiliar, el machismo y aspectos culturales, no sólo el acceso a los anticonceptivos.

Reportan 35 mil embarazos en adolescentes menores de 15 años, ¿en qué condiciones se dan?

—Cada uno de esos casos son preocupantes, lo que falta muchas veces es información, acceso a información para tener una vida sexual a la que tienen derecho. Son niñas muchas veces pobres, que no van a la escuela. Sus padres no tienen mucha educación, que no es algo malo como tal, pero sí tiene una repercusión porque la falta de información y las circunstancias se pasan de una generación a otra.

“Hay que hacer más esfuerzos desde la información, pero también cambiar hábitos de los adolescentes, de sus padres, de las comunidades. Hay un derecho a la vida sexual, reproductiva, todas las mujeres tienen derecho a tener la información sobre cómo tomar decisiones propias de si quieren o no tener hijos y cuántos”.

¿Este es un tema que se debería tocar en las escuelas?, pero ¿desde qué nivel?

—No sé, pero es un derecho, una obligación enseñar estos temas. No sabemos si en todas las clases hay esta enseñanza, y de qué calidad es. Es muy difícil llegar a todos los niveles para ver lo que pasa, pero generar un cambio en la cultura, en todas las personas, esto tarda mucho, porque hablamos de la sexualidad en general, de derechos de lesbianas, gays, transexuales, etcétera.

“Eso también es como una ley, pero después hay que hacer toda la campaña social para cambiar los hábitos, la opinión de la gente, tarda mucho convencer a toda una sociedad, lo hemos visto en otros países que no fue un día para otro. Toma muchos años tener una sociedad más abierta”.

La información de este reporte y los datos que hay a nivel internacional, ¿reflejan la necesidad de que en México se imparta educación sexual en la escuelas?

—Sí, es otra evidencia que muestra la importancia, porque la falta de información tiene efectos negativos en la población. Ninguno de nosotros queremos embarazos en adolescentes, podemos tener una pareja que quiere un hijo a los 17 años, pero son realmente excepciones, en cambio, si tienen toda la información, quizá quieran esperar dos o tres años.

Pero información sí hay, está en internet, los chicos tienen acceso…

—Pero no todos tienen acceso a ella. Hay brechas entre indígenas y no indígenas, entre pobres y ricos, población urbana y rural. En algunos contextos hay mucho menos acceso a internet y a la información.

“Si viven en pobreza no tienen las mismas oportunidades para tener esta información y siguen las tradiciones de la familia, no es una opinión negativa sobre ellos, pero una persona que tiene la información necesaria puede tomar mejores decisiones. Sin información voy a tomar decisiones sobre lo que tengo o lo que veo alrededor de mí, en mi ambiente, y no siempre son buenas decisiones”.

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