Vendedores ambulantes del tianguis del Chopo, ubicado en la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México, ofrecen sin reparo y a viva voz bebidas hechas supuestamente a base de marihuana, peyote, amapola y hoja de coca, plantas prohibidas en el país.

En una visita hecha por EL UNIVERSAL al popular tianguis, se constató que en la entrada de este mercado dos puestos ambulantes ofrecen a los visitantes bebidas presuntamente preparadas con esas plantas, y los envases no contienen etiqueta de información sobre los ingredientes con los que están hechas, ni fecha de elaboración o de caducidad, o sello de autorización de alguna dependencia de salud federal para comercializar estas botellas de plástico transparente.

“Pásele la banda, prueba el té verde con cannabis, peyote con coca, amapola. Acércate la banda, ven a conocerlo. No tienen alcohol”, dice a gritos uno de los vendedores.

Otro de los hombres que atienden el puesto, ubicado a un costado de la biblioteca Vasconcelos, regala muestras gratis a un grupo de adolescentes, a quienes les indica que cualquiera de esos líquidos se pueden combinar “con vodka, ron y tequila, y les queda bien sabroso”.

Al probar las muestras que ofrecen de manera gratuita a todos los asistentes, se percibe un fuerte sabor a té, combinado con aromas a fresa, kiwi, limón, frambuesa y mora.

Cuando se le pregunta al vendedor si en realidad uno de los sabores contiene cannabis, el comerciante comenta que sí, que la bebida color verde oscuro y con un costo de 35 pesos tiene 70% de té verde y 30% de marihuana.

“Sí, sí tiene; 70% es té verde y 30% marihuana. Es uno de los más ricos y de los que más se compran aquí, porque también es afrodisíaco. Pruébalo y me dices qué tal te funciona”.

Al preguntarle si es real que otra de las bebidas color rosa contiene peyote y hojas de coca, el vendedor nuevamente manifiesta que sí y destaca sus supuestas propiedades terapéuticas.

“Está hecho a base de dos gajitos de peyote, con dos hojas de coca, la que se mastica en Perú. Es terapéutica. La hojita de coca de Perú la usan allá para la presión, para la altura”, asegura.

Antes de llegar a los puestos donde venden estos líquidos, sobre la calle Aldama, en la colonia Buenavista, dos jóvenes en voz baja preguntan a los transeúntes si desean comprar marihuana o cocaína, y qué cantidad.

“Coca, mota, piedra. ¿Cuánto quieres, carnal?, señala un adolescente.

En otro puesto, una mujer, quien también vende estas bebidas —dispuestas en cajas de plástico con hielo para mantenerlas frías— informa que se producen en el estado de Hidalgo y cada semana surten a locales ubicados en la Central de Abasto.

“Somos el único lugar donde se permite vender [las bebidas]. Desde hace 18 años las vendemos. Las elaboran en el estado de Hidalgo y cada ocho días surten a la Central de Abasto, ahí te cuestan 70 pesos, a nosotros nos hacen descuento y las vendemos a 35 pesos, pero si te llevas dos, te las dejamos en 60 pesos”, comenta.

A sólo 20 metros de donde se comercializan estas botellas, se ubica una carpa con tres policías de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México, quienes sentados observan pasar a docenas de jóvenes que asisten a este tianguis enfocado principalmente a la venta y compra de música y ropa.

El caso de las pomadas. En agosto pasado, EL UNIVERSAL publicó que vendedores ambulantes del Metro de la Ciudad de México ofrecen Mariguanol Extra y MarihuanArnica, ambos bálsamos elaborados supuestamente con marihuana y peyote, con los cuales prometen sanar dolores musculares en sólo unos minutos.

Las pomadas, que son ofrecidas a 10 pesos, contienen la leyenda “este producto no es medicamento”, no muestran ningún número de registro de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) o de alguna dependencia de salud. Además, ningún envase ofrece información de fecha de elaboración y/o de caducidad del producto.

La Cofepris informó que realiza operativos para incautar las pomadas, que todavía se venden en los vagones del Metro de la Ciudad de México, así como en portales de internet.

En una entrevista realizada entonces, Álvaro Pérez Vega, comisionado de Operación Sanitaria de la Cofepris, informó que cualquier producto hecho con marihuana o con peyote está prohibido por la Ley General de Salud, y señaló que en caso de que por prescripción médica sea necesario importar algún artículo de ese tipo, se necesita el requerimiento para que pueda entrar al país.

Plantas prohibidas en México. El peyote es un cactus protegido por la ley mexicana, puesto que la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) señala que esta planta endémica de México es una especie catalogada como de riesgo en la NOM-059-SEMARNAT-2010, y enlistada en el apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites, por sus siglas en inglés).

En el caso de la hoja de coca, la Ley General de Salud prohíbe en su artículo 237 la siembra, cultivo, cosecha, elaboración, posesión, comercio, transporte en cualquier forma, prescripción médica, suministro, empleo, consumo y, en general, todo acto relacionado con esta planta.

Mientras que en el caso de la marihuana, en México, el 5 de noviembre de 2015, en un hecho histórico la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgó el primer amparo a cuatro personas para el autoconsumo lúdico de esta planta, que excluye cualquier posibilidad de venta o de comercialización.

Por mayoría de cuatro votos, el máximo tribunal del país concedió la protección de la justicia sólo a cuatro integrantes de la Sociedad Mexicana de Autoconsumo Responsable y Tolerante (SMART), quienes podrán sembrar, cultivar, cosechar, preparar, poseer y transportar marihuana exclusivamente con fines de autoconsumo.

La Suprema Corte de Justicia declaró la inconstitucionalidad parcial de cinco artículos de la Ley General de Salud (235, 237, 245, 247 y 248) que establecen la prohibición absoluta para el consumo de la marihuana, con el argumento de que las normas son contrarias al desarrollo de la libre personalidad.

El 21 de abril del año pasado, el presidente Enrique Peña Nieto envió al Senado de la República un paquete de reformas en el que se incluye que no se considere delito la posesión para uso personal de hasta 28 gramos de marihuana —actualmente es de cinco gramos—, conforme a estándares internacionales.

“Esto quiere decir que se dejará de criminalizar el consumo. El aumento de la cantidad permitida también dará oportunidad de que queden en libertad los consumidores que actualmente están presos por portar cantidades de marihuana inferiores a 28 gramos”, afirmó el mandatario.

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