El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, aclaró que el papa Francisco tiene la posibilidad de rezar ante la imagen de la Virgen de Guadalupe sin límite de tiempo ni presiones de programa, en su visita apostólica a México.

Ilustrando los detalles de la gira papal prevista del 12 al 17 de febrero, explicó que después de celebrar la misa en el Santuario del Tepeyac —la tarde del día 13—, el Pontífice será conducido al camerino ubicado detrás de la imagen.

Allí, continuó, tendrá lugar una coronación de la Virgen con una diadema que portará como obsequio y que será colocada mientras el líder católico pronuncie una oración.

“El Papa quiere rezar tranquilamente, en silencio, personalmente ante la Virgen en este tiempo reservado, por todo el tiempo que él considere necesario y sin sentir la presión del programa”, expuso Lombardi.

Jorge Mario Bergoglio cumplirá el deseo que él mismo expresó durante la entrevista colectiva realizada por los mexicanos, durante la cual pidió “por favor” que lo dejen “un ratito a solas con la imagen”.

“Esta peregrinación es un momento espiritualmente fundamental de este viaje. Vieron todas las veces en las que le preguntaron o habló de su afecto y devoción por la Virgen de Guadalupe”, señaló el director de la sala de prensa de la Santa Sede.

“Sabe lo que esta dimensión significa para los mexicanos, no sólo para los católicos, sino también para todos los latinoamericanos. La misa en el santuario es un momento alto del viaje”, añadió.

“Será un momento muy bello e importante para él”, apuntó Lombardi, quien detalló que a su llegada, después de recorrer 16 kilómetros en vehículo abierto por las calles de la Ciudad de México, Francisco se preparará para la misa en la antigua Basílica de Guadalupe, que fungirá como sacristía, y de allí se trasladará hasta el nuevo templo, donde será la celebración eucarística.

También anticipó que mil 200 personas asistirán a la bienvenida oficial del Papa en Palacio Nacional.

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