“Mi fe es grande, vence todo”, dice Brigite de la Cruz, de Cuernavaca, Morelos, quien junto con su esposo y amigas pasará la noche en espera de ingresar al predio El Caracol, en Las Américas, donde el Papa Francisco oficiará misa la mañana de este domingo.

La mujer, de 61 años de edad, y sus acompañantes viajaron en autobús de Cuernavaca a Tasqueña, en la Ciudad de México, donde abordaron el Metro y después una combi que los llevó hasta la estación Puente de Fierro de la línea 2 del Mexibús. De ahí tomaron a la estación Las Américas, en Ecatepec. Todo el recorrido lo hicieron en poco más de cuatro horas.

“Tenía muchas ganas de ver al Papa y gracias a Dios me dieron unos boletos con mi párroco y entonces hicimos lo posible por venir. Vengo con mi esposo y unas amigas”, relató.

Martha Martínez Rosano, de 55 años de edad, se trasladó de Texcoco, estado de México, hasta Las Américas e igualmente utilizó el Mexibús para llegar a Las Américas.

“Venimos preparadas para el frío, pero si no de todos modos este sacrificio que vamos a hacer lo vamos a hacer ofreciéndoselo a Dios y toda la gente que tiene alguna necesidad”, dijo.

Agregó que asiste a misa para pedir “por la familia, por mi hijo en especial, que le acaban de donar un riñón, su hermanita y para toda la gente adulta, todos los bebés, todos los que sufren, todos los enfermos, más ahorita en el tiempo que estamos de cuaresma, que es una reflexión y un cambio a nosotros mismos, principalmente”.

Concluyó: “Es una bendición, sabemos que el Papa es el reflejo de Dios y por eso estamos aquí, porque él nos está llamando para acercarnos más”.

El ingreso de los feligreses al predio está programado para los primeros minutos de este día.

jcra

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