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El 16 de febrero en el estadio Venustiano Carranza, de la Ciudad de Morelia, Michoacán, seguramente el papa Francisco dará un “jalón de orejas” a los sacerdotes, religiosas, consagrados y seminaristas con quienes sostendrá un encuentro en ese lugar, puesto que “el presbiterio y los religiosos no estamos exentos de una cultura que nos llama a ser comodones”, consideró el secretario ejecutivo de las Dimensiones de Pastoral Educativa y de Cultura de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Eduardo Corral Merino.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Corral Merino, quien es sacerdote de la Arquidiócesis de Morelia, explicó que el Sumo Pontífice “viene a motivarnos, a zarandearnos, en el buen sentido de la palabra. Viene a animarnos, a llamarnos a ser más generosos, a salir de nuestras dinámicas”.

Consideró que durante la eucaristía que encabezará en el estadio, el Obispo de Roma —quien estará en México del 12 al 17 de febrero—, “nos hará un llamado fraterno, cálido, muy paternal. A su estilo, como él sabe decir las grandes verdades: con sutileza, claridad y con cariño. Es así un padre que nos jala las orejas y acude para llamarnos a ser cada vez mejores”.

El también experto en medio ambiente y en educación recordó que el papa Francisco les ha dado “jalones de orejas” a todos desde que llegó, como en el primer encuentro que tuvo con cardenales, a quienes les dijo que no deben ser príncipes, obispos de aeropuertos o sacerdotes con cara de vinagre.

Corral, quien ha sido asesor moral de la Unión Social de Empresarios de México y profesor universitario en varias instituciones, resaltó que si bien el jefe de Estado del Vaticano conoce de la realidad mundial y con ello, de la de México, señaló que coincide con otros ministros en que no viene al país a resolver los problemas nacionales.

“No viene a hacer un juicio, no viene a evaluar como un hombre estadista, no viene a evaluar la situación superficial de los modelos de las realidades inmediatas. Viene a iluminar, a darnos sentido, a darnos una palabra de aliento, viene ante una realidad global, porque los problemas que tiene México, no son sólo del país, son del mundo, que aquejan a la humanidad”.

La visita del sucesor de Pedro, resaltó, dejará alegría, reflexión, al tiempo de que renovará corazones, lo cual es importante, puesto que el hombre de hoy necesita basar su vida no solamente en las cuestiones cotidianas o básicas de la vida como comer y vestir, debido a que se requiere ir a las cuestiones más esenciales de la existencia humana.

“Preguntarnos el por qué de las cosas, ¿quiénes somos?, ¿a dónde vamos?, ¿cuáles han sido las grandes lecciones de la humanidad?, ¿qué conversión tenemos que hacer? No solamente una conversión individual, sino también una social que no sólo tiene que limitarse a las seis cuadras a la redonda donde estudio, donde trabajo, sino que tiene que ver con la realidad mundial”.

Con estas premisas, Eduardo Corral expuso que la visita del Papa es muy importante, pues paralelamente a que trae el mensaje de Cristo, es capaz de expresarlo, ante un cambio de época.

“Hoy vivimos una cierta impotencia, vemos problemas grandes, globales, problemas que nos llaman a una respuesta emergente. Por ejemplo, la cuestión del medio ambiente, de la violencia, los problemas de la exclusión, de economía, que debemos resolver”.

Corral destacó que esta visita será importante, porque como Papa latinoamericano sabe de la importancia de México, un país que juega un papel fundamental en la región; una nación que es espacio donde se enfrentan dos modelos de desarrollo distintos, complementarios, el del norte que es pragmático, basado en cuestiones meramente tecnológicas, en una corriente de globalización fuerte; y por otro, ese modelo de los pueblos tradicionales, de los valores humanos en donde la solidaridad, el valor de la tradición, de lo humano, tiene un fuerte significado.

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