Federico fue diagnosticado con meduloblastoma clásico desde los ocho meses de nacido. Es un tumor cerebral.

Le acaban de hacer un trasplante de células hematopoyéticas en el Instituto Nacional de Pediatría, y ahora él y su madre permanecen en el área de trasplantes de AMANC. Son de Tamaulipas.

“Federico ha soportado mucho, es un superviviente. En un solo año ya pasó por cirugía, quimioterapia y el trasplante de médula ósea que se obtuvo de sus mismas células, pues su médula está sana.

Para matar las células malas tuvieron que trasplantarlo con una quimioterapia hasta seis veces más fuerte de lo normal. Ya falta menos para mi pequeño Federico, cuando tenga tres años recibirá sólo radioterapia”, dice su madre Noreida, mientras lo levanta en brazos y Federico juega con ella.

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