Una quinta parte de las enfermedades laborales que se diagnostican en México son problemas respiratorios los cuales, de no ser atendidos oportunamente, pueden llevar a la muerte, advirtió Rodolfo Nava Hernández, académico de la Facultad de Medicina de la UNAM.

El investigador señaló que cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, en 2013, indicaron que los padecimientos respiratorios representan 18.43% del total de las afecciones laborales.

A través de un comunicado, la Universidad Nacional Autónoma de México mencionó que es importante conocer los riesgos que implica la actividad a desarrollar, pues al presentarse problemas de salud muchas veces se ignora que son derivados de la tarea realizada a lo largo de los años.

El especialista en salud en el trabajo explicó que existen una serie de problemas del aparato respiratorio que se atribuyen a la inhalación de polvos orgánicos e inorgánicos.

Los primeros, dijo, son partículas provenientes de animales y plantas suspendidas en el aire; los segundos, son inorgánicos, como la sílice, el talco o el asbesto, que al ser inhalados se retienen en los pulmones.

Subrayó que una enfermedad común es la neumoconiosis, que es la acumulación de polvos, de menos de cinco micras, en el pulmón.

Estos polvos se depositan en el alvéolo, y entonces el propio órgano tiene una reacción que genera fibrosis, lo que ocasiona dificultad de intercambio gaseoso entre el oxígeno y el dióxido de carbono, explicó.

La mayoría de los problemas ocasionados por los polvos inorgánicos son progresivos, irreversibles e incluso pueden derivar en la muerte de la persona.

Los casos más comunes se presentan en las industrias: vidriera y metalúrgica, minería, construcción, fábricas de cemento, manufactura de cerámica, canteras y de extracción del mármol.

Entre los que generan mayor gravedad están la sílice, que produce silicosis, y las fibras de asbesto, que ocasionan cáncer de pulmón, aunque éste también puede ser causado por radón, arsénico, níquel, cromo, berilio, gases de diésel, el éter clorometílico y el humo de cigarro.

También se han reportado casos de cáncer gástrico en quienes laboran en donde se fabrican productos a partir del asbesto.

En el caso de los orgánicos, se originan en animales y plantas, producen neumonitis por hipersensibilidad, alveolitis alérgica extrínseca o asma bronquial, que en medicina del trabajo se le denomina asma laboral, explicó el académico.

En este grupo de enfermedades, los trabajadores inhalan polvos provenientes de granos, de harina de trigo, de algodón, lino, cáñamo, esporas de hongos, excremento de aves, bagazo de caña, aires acondicionados o humidificadores con poco o nulo mantenimiento, así como ciertos gases y vapores.

En la actualidad existen medidas de prevención y control, las cuales deberían ser implementadas, entre éstas destaca el mantenimiento de los equipos generadores de polvos y también contar con métodos eficaces de almacenamiento del producto, con la finalidad de evitar que se disperse y sea respirable.

Asimismo, la automatización de las actividades en las industrias de alto riesgo, la humidificación del ambiente de trabajo y el uso del equipo de protección personal como medida complementaria. Notimex

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