En una decisión que habla del peso e importancia que el presidente Barack Obama concede a México, la Casa Blanca anunció ayer la designación de Roberta Jacobson, actual subsecretaria adjunta de Estado para el Hemisferio, para ocupar la embajada de Estados Unidos en México.

La nominación de Jacobson, quien figuraba desde hace varios meses en la lista de los posibles sucesores de Anthony Wayne, se produce después de un fallido proceso de confirmación tras la renuncia voluntaria de María Echaveste a la representación diplomática en febrero pasado.

Analistas y expertos en las relaciones entre México y Estados Unidos, coincidieron ayer en señalar que la elección de Roberta Jacobson, para ocupar el cargo de embajadora en México, puede considerarse como la más inteligente decisión del presidente Obama dada la actual coyuntura que vive México en los ámbitos político, social y económico: “Es la candidata ideal para el momento tan delicado que vive México. Nadie más que Roberta Jacobson conoce a profundidad la realidad de ese país con el que ha tenido una relación muy intensa y donde todo el mundo la conoce y además tiene muchos amigos”, señaló Armand Peschard, del Center for Strategic and International Studies (CSIS).

La decisión se produce, asimismo, en el contexto de un histórico proceso de reconciliación entre Estados Unidos y Cuba que avanza a paso lento, pero seguro. Considerada como una de las artífices de esta normalización con La Habana, Roberta Jacobson seguirá asumiendo las riendas de las negociaciones que han entrado en una fase meramente transaccional, hasta que sea confirmada por el Senado.

Vieja conocida del gobierno mexicano, Jacobson es una de las pocas diplomáticas de carrera que, además de ser bilingüe, conoce la compleja realidad de México. De hecho, entre 2002 y 2007, se desempeñó como directora de la Oficina de Asuntos Mexicanos en la sección del Hemisferio Occidental.

Su designación, es considerada por expertos y analistas, como “la mejor elección del presidente Obama en el último tramo de su presidencia”.

“Roberta Jacobson es inteligente y quizá una de las funcionarias que mejor conoce el sistema de funcionamiento en el Congreso, de la rama ejecutiva, del mundo de los negocios y de la sociedad civil tanto en México como en Estados Unidos”, consideró John Bailey, de la Universidad de Georgetown y un experto en las relaciones bilaterales entre Washington y la Ciudad de México.

El mejor ejemplo para ilustrar la práctica de bloqueos y dilaciones en la lista de confirmaciones fue la frustrante espera de casi medio año que tuvo que soportar la anterior designada del presidente Obama, María Echaveste, antes del tirar la toalla en febrero pasado. Echaveste contaba con todo el respaldo de la administración Obama, incluido el de Roberta Jacobson que, por ironías del destino,se ha convertido en su relevo en la candidatura que el presidente ha decidido someter a consideración del Senado.

La elección de Jacobson, tras un lapso de 3 meses, se ha producido a las pocas semanas de que el gobierno de México decidió retirar a su embajador, Eduardo Medina Mora de su representación diplomática para proponerlo como su candidato a la Suprema Corte. La designación de una candidata del peso e importancia de Jacobson obliga al gobierno de México a mover pieza para poner fin al régimen de interinato y ambiente de provisionalidad que se observa en la embajada de México en esta capital.

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