Los elementos de la Policía Federal que hayan sido víctima de algún delito en el combate al crimen organizado recibirán la atención y posible reparación del daño de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), informó esta dependencia en un comunicado.

De acuerdo con la información oficial difundida a medios, el comisionado Adrián Franco Zevada, informó que tras la reunión que sostuvo este jueves con miembros de la Comisión Nacional de Seguridad, se acordó continuar con dichos beneficios a integrantes de cuerpos policiacos federales y a sus familiares que resulten afectados.

El acuerdo se derivó del encuentro celebrado en las instalaciones del Centro de Mando de la Policía Federal.

Franco Zevada destacó que la atención a personal de la Policía Federal obedece a que en el cumplimiento de su labor se convierten en víctimas del delito a manos de la delincuencia organizada y que al ser víctima de delito no debe haber distinción entre un ciudadano y miembros de una corporación policial, por lo que es tarea  apoyarles como a cualquier otra persona en la protección total de sus derechos.

El comisionado reiteró que en esta nueva etapa de la CEAV, que preside Julio Hernández Barros, la tarea primordial es atender integralmente a todas las víctimas de delito y de violaciones a derechos humanos, con el propósito de ayudarlas a obtener reparación integral y recuperar su proyecto de vida.

Un ejemplo en el que se podría aplicar la asistencia es el Caso Tanhuato, Michoacán, donde el 22 de mayo de 2015 un elemento de la Policía Federal murió por herida de bala durante el enfrentamiento que se registró en el Rancho El Sol, y que dejó como saldo 42 civiles muertos, presuntos integrantes de la organización criminal Cártel Jalisco Nueva Generación.

Aunque la Comisión Nacio de los Derechos Humanos determinó que, en base a sus Investigaciones, 22 de estos fueron ejecutados.

Poco antes, el 1 de mayo, un helicóptero de la Fuerza Aérea Mexicana fue derribado con un lanzacohetes por sicarios del CJNG, en los límites de Jalisco y Colima, ataque en el que fallecieron nueve uniformados, entre ellos una agente de la Policía Federal y ocho soldados. Otro agente de la PF resultó herido.

El 19 de marzo del mismo año, en Ocotlán, Jalisco, cinco agentes federales perdieron la vida en una emboscada del mismo grupo criminal.

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