El Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido García, pasa por muy mal momento por la fuga de Joaquín Guzmán Loera, alias "El Chapo".

Miembros del gobierno nos dicen que más que salvar su cabeza en esta crisis, el comisionado  intenta salvar el prestigio de servidor público que le funcionó para pasar de un gobierno panista a uno priista. Con esa intención, recalca en todo momento que él pertenece al gobierno que pudo capturar a "El Chapo" tras su primera fuga y una cacería de 13 años.

Afirman que don Monte Alejandro debe de tener mucho cuidado con ese argumento pues sus detractores pueden revirarle con el hecho de que sirvió durante seis años a la administración que fracasó en la búsqueda del capo sinaloense.

Adicionalmente, afirman  que tiene que cargar con el lastre de haber designado como jefe de la División de Inteligencia de la Policía Federal a Ramón Eduardo Pequeño, el mando de mayor jerarquía que hasta ahora ha sido relevado de su cargo tras la fuga de “El Chapo”, y quien hoy goza de una plaza del mismo nivel dentro de la PF, ya que es el jefe de la División Científica.

Añaden que hasta donde se sabe ni Rubido, ni Pequeño tuvieron una participación directa en el arresto de Guzmán en febrero de 2014.

Durante la pasada administración Pequeño fue compañero de Rubido en la Secretaría de Seguridad Pública, que encabezaba Genaro García Luna, y se desempeñó como el jefe de la División Antidrogas de la Policía Federal y nunca pudo detener a Guzmán.

El "tunelgate" que abrió Guzmán Loera está moviendo el piso del comisionado nacional.

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