La sede del Senado , como la obra de nunca acabar , proyecta la construcción de cuatro elevadores, así como la renovación de ocho actuales que resultan insuficientes para dar servicio a cientos de personas en un día trabajo.

Construida la sede a un costo superior a los cuatro mil millones de pesos, en la esquina de Paseo de la Reforma e Insurgentes , la más importante de la Ciudad de México, está miércoles, el presidente del Senado, Pablo Escudero Morales , puso en servicio un puente que comunica con su edificio contiguo, así como área de cafetería para trabajadores, y consultorios médicos amplios que sustituyen los pequeños e improvisados que se tenían.

Incluso, se han realizado trabajos también para corregir problemas de encharcamientos en sótanos; evitar malos olores; montar ciclopuertos; se instaló un servicio de recarga para autos eléctricos, además de bebederos de agua, pantallas digitales de información general, y se renovó el sistema electrónico de votación del salón de sesiones.

Toca ahora a los elevadores, que son cabinas con capacidad para seis personas y que ascienden y descienden sin relacionarse entre sí. El resultado, dijo el senador Escudero Morales, es que una persona que quiere llegar a una oficina en la Torre de Comisiones, de 14 pisos puede ocupar 20 minutos o media hora.

El proyecto de los elevadores consiste en renovar y sistematizar las actuales cabinas, que serán más grandes y que caben en los cubos originales. Los cuatro nuevos aparatos que se agregarán se han proyectado para dar servicio en la Torre de Comisiones: dos en el espacio interior y otros dos con vista panorámica a la calle, por el flanco de la plaza Luis Pasteur.

El año pasado, fue comprometida la adquisición de los 12 aparatos con un anticipo del 50% de un monto superior a los 80 millones de pesos, a lo cual se deberá agregar la obra de ingeniería especializada.

Para que el Senado esté en posibilidad de abrir el proceso de licitación de los trabajos, se requiere de la liberación de recursos, que el presidente de la mesa directiva, Pablo Escudero, señaló que deberán ser obtenidos del fideicomiso de la construcción de la nueva sede.

Abrir esa bolsa que contiene unos 500 millones de pesos depende de un procedimiento que lleva adelante la Secretaría General de Servicios Administrativos, a cargo de Roberto Figueroa.

El proyecto de los elevadores prevé que antes de septiembre próximo el Fideicomiso libere los recursos necesarios y ya disponibles se puedan licitar los trabajos, junto con otras obras que forman parte de un mismo paquete que se ha previsto bajo la presidencia de Escudero Morales.

El senador del PVEM comentó que se tiene previsto, y sólo pendiente de la liberación de recursos del Fideicomiso, llevar a cabo adaptaciones de salones, así como la construcción de cubiertas y techumbres en los accesos de la sede senatorial.

Las obras continuas dentro y fuera del Senado –cuya plaza Luis Pasteur está en un proyecto de remodelación de la Ciudad de México, que incluye el Monumento a la Madre en línea recta hasta el Circuito Interior--, son consideradas en la administración del inmueble como “adaptaciones de vida”, si bien por su número y constancia dan a entender que esa es una zona de obras de nunca acabar.

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