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El secretario de Hacienda, José Antonio Meade , se convirtió este miércoles, ante el presidente Enrique Peña Nieto , en un asiduo narrador de un pasaje bíblico que llevó a la práctica inmobiliaria del país.

Este miércoles, Meade acompañó al presidente Peña Nieto en una reunión con l a Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), donde recordó que en una de las primeras reuniones que tuvo con este sector le decían “en una reinterpretación de un pasaje bíblico, que cuando el éxodo del pueblo elegido de Egipto se había juntado Dios con Moisés, y se habían puesto de acuerdo en cómo armar el éxodo”.

El funcionario agregó: “y Dios le dijo a Moisés que él se ocuparía, primero, de que hubiera diversas plagas que bajaran la moral del ejército egipcio. Después, se encargaría que brotara agua de los manantiales y que no faltara comida en el desierto.

“Después, les dijo que él se encargaría de partir el mar para que pudieran cruzar por eso. Y lo único que le pidió a Moisés es que él se encargara de la manifestación de impacto ambiental”.

Dijo que Moises podía haberle pedido a Dios que se encargara de la licencia de uso de suelo, de resolver los trámites frente al SAT, de estar seguro de la última milla en materia de conexión eléctrica llegara, de que tuvieran adecuado acceso al agu y a predios bien regularizados.

“Y por eso, estamos todos aquí, quienes, en su Gobierno, somos responsables de que esto suceda”, dijo entre risas de los asistentes al Salón Adolfo López Mateos, de la residencia oficial.

Más tarde, en su intervención, el presidente Peña Nieto se refirió a este comentario de su secretario de Hacienda:

“Si no viéramos estos cambios en el rostro urbano de nuestras ciudades, como hoy lo estamos apreciando, significaría que, como país, no estamos creciendo; que no está habiendo un avance económico, social, político. Y México lo está teniendo.

“Quizá haciendo referencia a la cita bíblica o a este pasaje bíblico que hacía el Secretario de Hacienda, a lo mejor a nosotros no nos fue dadas tantas cosas. Nos dejaron algo más allá de solo pedir la licencia de impacto ambiental. Nada nos fue dado.

“Sí, muchas bendiciones, y la capacidad de organizarnos, de tener confianza en nosotros mismos, de querer a nuestra tierra, y de apostar por su desarrollo”.

Dijo que los desarrolladores inmobiliarios, han hecho una apuesta muy alta, precisamente, a partir de lo que visualizan que México tiene hacia adelante y, por eso, la importante inversión que han venido haciendo en distintos desarrollos inmobiliarios.

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