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El Estado mexicano no es fallido, es disfuncional en determinadas áreas, como la seguridad pública y la corrupción, dijo el periodista e investigador Leonardo Curzio. Señaló que ello, junto con otras debilidades, influye en la imagen externa negativa del país.

En conferencia magistral en el Ateneo Español, Curzio propuso que México y España proyecten la lengua común con gran presencia científica, diplomática e internacional. Planteó además que juntos, españoles y mexicanos, defiendan su lengua en el ciberespacio.

El colaborador de EL UNIVERSAL comentó las fortalezas y debilidades de México, contrastes en los que se aprecia una economía con fuerza exportadora y un aparato productivo con miles de empresas extranjeras aquí enclavadas, mientras que es incapaz de atacar la impunidad. “Regiones del país están bajo control del crimen organizado y la violencia no se combate efectivamente”, dijo.

Curzio, autor del libro Orgullo y prejuicios; reputación e imagen de México, presentó la conferencia magistral “México en el contexto internacional”, en el marco de los trabajos del diplomado de Perspectiva Política, del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset México.

Explicó que México tiene enormes fortalezas, como la ubicación geográfica, territorio extenso, brazo exportador muy sofisticado, población numerosa, un contexto geopolítico manejable, una amplia red de tratados de libre comercio que en más de 20 años han sido resorte de “impresionantes logros”. México tiene una doctrina de seguridad nacional, a partir de la cual no tiene conflictos con sus vecinos del norte y el sur; su macroeconomía es estable, su sistema financiero está sólido y es una potencia turística.

Comentó que este mismo sábado, tuvo ocasión de conversar con la canciller alemana Angela Merkel, en un desayuno durante su visita de Estado a la Ciudad de México, y en contraste, la líderesa europea le preguntó por qué no se resuelve Ayotzinapa.

El estudioso explicó a la jefa del Estado alemán que el gobierno del presidente Peña Nieto no tiene capacidad técnica, como tampoco cuenta con un agente del Ministerio Público que le diga quién mató al periodista Javier Valdez, asesinado en mayo. “Es un problema de capacidades”, y al respecto dejó establecido que México no es el caso de un Estado fallido, sino disfuncional, dado que en otros campos el país tiene eficaz desempeño, como en las áreas hacendaria y comercial. Puso como ejemplo que “exportamos Gurrías y Carstens”, en referencia a Miguel Ángel Gurría Treviño, secretario general de la OCDE, y de Agustín Carstens, que asumirá el cargo de director general del Banco de Pagos Internacionales, pero nadie pide que México envíe fiscales al mundo.

Las debilidades son serias y se encuentran en el poco control que se tiene de las fronteras; el crimen organizado controla extensiones territoriales en Tamaulipas, Guerrero o no muy lejos de la Ciudad de México, en Puebla.

Se suman a las debilidades la corrupción y la violencia, la cual el gobierno de Enrique Peña Nieto colocó como el primer problema a resolver en su mandato.

Recomendó que México no se desentienda de Centroamérica que es la región más violenta del mundo, a la cual el país contribuye por la actividad del narcotráfico y que será continua, puesto que Estados Unidos es el mercado de drogas más voraz.

Señaló que las decisiones de Estados Unidos en materia de libre comercio con México representan cambios que a su vez repercutirán en otras modificaciones de la relación mexicana con otras naciones. “Es un golpe brutal”, aseguró, y añadió que el hecho de que el socio de muchos años repudie al vecino del sur se debe, entre otras causas, a la imagen negativa que se percibe desde fuera.

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