Desafortunadamente no fue el asesinato de Lesvy Berlín el que llamó la atención ni desató el furor de los medios sociales; cada dos horas hay un feminicidio en América Latina, cada día son asesinadas 7 mujeres en México y fenómenos como #SiMeMatan no ocurren a menudo.

No sé si imperó la mala manía de transcribir boletines en 140 caracteres, la deplorable costumbre de transferir la responsabilidad o la terrible obsesión por culpar a las víctimas de sus propios asesinatos, pero sin duda para @ManceraMiguelMX se detonó una crisis provocada por los mensajes de la cuenta @PGJDF_CDMX donde se hacían públicos detalles que, a juicio de algún cretino responsable de comunicación o un inexperto gestor de medios sociales, podrían ser supuestos delictivos que favorecen la consumación del hecho criminal. Esto en realidad es una teoría conocida como “Victimodogmática”, enjuiciar la conducta de la víctima, pero supongo que se trató más de la estupidez de los funcionarios, mayores o menores, que de un esfuerzo serio y documentado por generar políticas públicas de prevención a través del entendimiento de los entornos sociales.

Sin embargo, lo que sí resultó en un ejercicio inadvertido de antivictimología fue el HT #SiMeMatan, donde los usuarios de Twitter y Facebook exponían los atributos o conductas que podría decir la autoridad de ellas y de ellos para justificar su homicidio.

Con 721 millones de impresiones como alcance potencial combinado, se presentaron mas de 125 mil 818 menciones en Twitter, y 12 mil 907 interacciones en páginas públicas de Facebook, convirtiéndose en tendencia global. La gran cantidad de artículos en medios digitales logró un alcance potencial de seis mil setecientos millones de impactos, sí, seis mil setecientos millones de vistas posibles para las más de 127 mil 244 publicaciones detectadas. Los números resultan tan escandalosos por los foros como msn.com y reddit.com que aportan en algunas publicaciones hasta 595 millones de impactos y sitios de noticias como playground, bbc.com y vice.com. El 94 por ciento de las publicaciones fueron en español, 3% en inglés y el resto en otros siete idiomas entre ellos portugués, irlandés y japonés.

El 59.5% de las publicaciones fueron escritas por mujeres y la que generó en medios sociales mayor número de interacciones fue el tuit de @anag_g (https://twitter.com/anag_g/status/8603
08348440371200
) con más de 3 mil 600 retuits y 4 mil “Me gusta”. Le sigue un mensaje de @PAW con 2 mil 600 retuits y 3 mil 400 “Me Gusta”.

Por medios sociales se convocó a una concentración en Ciudad Universitaria para marchar al sitio donde fue encontrado el cuerpo de Lesvy, y como suele suceder, las crisis no tienen una sola víctima, pues la @UNAM_MX también debió de resentir los reclamos y las críticas ante la falta de seguridad, y posteriormente por acciones de jóvenes contrarias a la indignación provocada por el caso, éstas, a mi juicio, orquestadas para generar polémica y polarización.

Sin embargo, me parece que derivado de una correcta estrategia digital de contención de crisis, se emitieron 3 comunicados oficiales, el primero en una tradicional institucionalidad, pero seguido por un contundente posicionamiento compartiendo la indignación de la comunidad universitaria, para terminar el día de hoy con anuncios para reforzar la seguridad del campus y sobre la incorporación a las investigaciones de académicas de la propia universidad especialistas en temas de equidad de género. Con escuchar a su audiencia y trasladarlo en una comunicación prudente sobre acciones, el rector Enrique Graue y la Universidad Nacional contuvieron un incidente que pudo convertirse en crisis.

El jefe de Gobierno @ManceraMiguelMX prometió consecuencias por los mensajes tan desafortunados, y estas llegaron con la renuncia de Elena Cárdenas, titular de Comunicación Social de la Procuraduría de la Ciudad de México, noticia que leo minutos antes de cerrar este análisis. Conozco a Elena, y si bien la aprecio, no puedo retractar ni omitir lo escrito en los primeros párrafos.

Espero que en un futuro no sean las crisis políticas, los errores de comunicación de nuestros funcionarios o la presión social por publicar en los medios sociales los que nos hagan conscientes de los riesgos de la violencia de género, que no sea un HT el que rompa la normalización de la violencia o la falta de atención a las víctimas o sus familiares. Ojalá y #SiMeMatan no sea solo numeralia.

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