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Aun cuando llega a la contienda electoral por la gubernatura del Estado de México con un partido dividido, del que se han ido dirigentes y militantes a otros institutos políticos en las últimas semanas y con un decremento en la preferencia electoral en los años recientes, el recién designado candidato del PRD, Juan Zepeda, confía en ganar la contienda del próximo 4 de junio, aunque se ubica en el cuarto lugar de las preferencias electorales, según encuestas.

El también ex alcalde de Nezahualcóyotl (2012-2015) minimiza lo que ocurrió en el proceso interno de su partido, en el que las diferentes corrientes se enfrascaron en una lucha para la selección del abanderado, pues considera que en cada proceso electoral hay debate y divergencias.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el diputado local con licencia afirma que es el mejor candidato de los cuatro que buscan la gubernatura mexiquense porque es el que mejores resultados ha dado como gobernante.

Amante del rock, seguidor de la banda Metallica, admirador de Jesucristo, del Che Guevara, Mahatma Gandhi, Juan Rulfo y del ex presidente de Uruguay José Mujica, confía en recuperar el camino perdido y adjudicarse la contienda el próximo 4 de junio.

Acostumbrado a las adversidades, pues proviene de una familia pobre que fue de las fundadoras del municipio Nezahualcóyotl —donde nació, creció y vive actualmente, pero del que tuvo que salir para emigrar a Estados Unidos, donde estuvo de manera ilegal durante 12 años—, llega a la contienda convencido de que tiene que haber alternancia en el estado porque el PRI, que lo ha administrado casi 90 años, no ha resuelto los problemas de sus más de 17 millones de habitantes.

A sus 48 años de edad el metalero, quien extraña traer el cabello largo hasta la cintura; el inmigrante ilegal, quien tiene dos licenciaturas, una en Derecho y otra en Administración Pública, así como una maestría en Derecho y actualmente cursa el doctorado en Derecho Parlamentario, busca convertirse en el primer gobernador de izquierda en el Estado de México.

¿Cómo quedan el PRD y Juan Zepeda después de un proceso interno desgastante para los precandidatos, la dirigencia y la militancia?

—El PRD es esto, es debate, discusión acalorada y argumentos apasionados. Esto no es nuevo dentro del PRD, cada proceso electoral es idéntico, pero no sólo en este partido; el PRI tiene los mismos problemas, aunque ellos son más cuidadosos.

Hay grupos inconformes en el PRI por la designación de Alfredo del Mazo, porque saben que fue una imposición del presidente Enrique Peña Nieto y eso vulneró a priístas del Estado de México que saben que es mal candidato.

El PAN está totalmente confrontado porque les trajeron a una candidata que no vive en el Estado de México. En la vida política, ella [Josefina Vázquez Mota] ya declaró que sólo viene a dormir al Estado de México y alguien que viene a dormir al estado no se da tiempo para hacer política dentro de su partido en la entidad. Los panistas no están conformes con esa imposición de Ricardo Anaya, su dirigente.

En Morena tampoco todo es miel sobre hojuelas. Muchos de sus integrantes, y vaya que conocemos a muchos porque quienes están nutriendo al partido son ex perredistas, no están tan conformes con la designación.

Hay descontento de los otros precandidatos por su designación, ¿perjudica al partido?

—El miércoles platiqué con Eduardo Neri [uno de los precandidatos perredistas]. Por supuesto que quien tenía expectativas de ser candidato y no le favorecen los resultados se va a ofuscar y en algún momento declaró que estaba inconforme y que iba a tomar una decisión de irse, pero después platicamos y Neri, a quien reconozco como un activo importante del PRD y liderazgo consolidado, se queda en el partido.

En el caso de Javier Salinas [otro aspirante a la candidatura perredista], él está esperando a que determine el tribunal su juicio de protección de derechos de ciudadano. Una vez que determine, seguramente el oficio político de todos nosotros nos hará cerrar filas para ganar en el Estado de México.

Sus adversarios acusaron a la dirigencia nacional de imponerlo como candidato, ¿qué les responde?

—En el PRD estamos acostumbrados a dialogar con apasionamiento. Si hubiese habido elección interna, habría arrasado y eso se comprobó en la encuesta, pero sería muy difícil hoy que la dirigencia cargara dados hacia un lado, por la importancia del Estado de México.

Todas las encuestas que se han publicado, propias y extrañas, me ponen a mí como el candidato más competitivo, eso sin duda queda claro. Vamos a ver la competencia mía hacia los otros candidatos, ahí es donde debemos llevar las propuestas y remontarlos.

Las encuestas lo ubican en el cuarto lugar de las preferencias electorales, ¿se podrá reponer?

—No haber definido candidato hace tiempo tuvo un costo en la percepción de la gente, que solamente cerró la contienda a los tres que ya estaban definidos por los otros partidos. Pero todas las encuestas son consistentes en algo: somos competitivos.

La que publicó EL UNIVERSAL hace un mes el PRI y PAN traen 15 puntos; Morena, 11.6%, y PRD, 11.5%. Es sólo una décima; es decir, son 10 mil votos, perfectamente remontables en cualquier escenario. Si aludimos el margen de error de esa encuesta, cinco puntos, si el PRD trae 11 puntos y PRI y PAN, 15 puntos, estamos a cuartos, y después de mí viene Óscar González, del PT, con 4 puntos. Lo que no han medido es que PRD y PT tenemos firmada una carta de intención para ir en coalición, si sumamos PRD y PT llegamos a 15 y por el margen de error podríamos subir unos puntos más, de 15 hasta 20 puntos y eso nos hace competitivos.

Salimos tarde del arrancadero, pero cuando se vayan a abrir las puertas de la carrera oficial el 3 de abril, saldremos parejos; cuando llevemos propuestas, cuando encontremos al ciudadano, cuando nos conozcan, no lo que prometemos, el que tendrá mejor ventaja será el candidato del PRD, porque caballo que alcanza gana. Los voy a alcanzar en el arrancadero y de ahí los voy a superar.

¿Es el mejor candidato de los que participan en la contienda?

—Sin duda. Llego a esta candidatura porque la encuesta fue abrumadora, con un historial de trabajo, de contacto con la gente, con un historial de resultados en el rubro más sentido para los mexiquenses: la inseguridad. Siete de cada 10 mexiquenses dicen que su principal problema es la inseguridad. Quien ha dado mejores resultados en la materia soy yo, según los datos oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública: en tres años, una reducción de 63%. Si todos diéramos los resultados que yo di en Nezahualcóyotl, el país y el Estado de México serían distintos.

¿Está de acuerdo en que se reduzca el tope de gastos de campaña, como propuso Morena?

—Por supuesto. Yo digo que los otros tres candidatos están mintiendo y cayendo en la demagogia. Si realmente quieren resolver de fondo el problema, les propongo que presentemos una iniciativa para reformar el código electoral y que cambiemos la fórmula mediante la cual se le da financiamiento público para campaña a los partidos.

Si no es así, ¿sólo son palabras?

—Por supuesto que vamos a firmar el convenio de civilidad para que se reduzcan los topes de campaña, incluso eso lo propuso mi representante ante el IEEM [Instituto Electoral del Estado de México], Javier Rivera Escalona, y eso por supuesto que lo acepto, pero eso es querer ponerle una aspirina a un cáncer... Hay que proponer una reforma que cambie la fórmula de financiamiento en materia de campañas.

¿Es tiempo de que haya alternancia en el Estado de México?

—Ya es tiempo, son casi 90 años de un sistema que no ha generado desarrollo; hay muchas limitantes como la inseguridad, el transporte más caro, de menor calidad e inseguro; en materia de vialidades se ha optado por los esquemas de participación privada, cuando es una obligación del Estado generar infraestructura en materia de vialidades y de autopistas de forma gratuita.

Se ha criticado mucho al gobierno mexiquense, pero ¿hay algo bueno que haya hecho?

—El papel de la oposición es señalar lo que está mal hecho. Si nosotros vemos en el espectro, es muy difícil encontrar algo que le podamos reconocer y es tan difícil porque nada más hay que ver en materia de seguridad lo que hay. Si tú no garantizas la seguridad de tus ciudadanos, difícilmente puedes presumir algún otro logro.

¿La idea es replicar el modelo de seguridad de Nezahualcóyotl en todo el Estado de México?

—Sí. El problema no lo vas a terminar solamente con una visión policial, es importante pero no lo es todo. Nosotros desarrollamos más de 40 acciones en materia de seguridad, pero desarrollamos más de 200 de otra naturaleza. En materia de policía primero deja de ver la seguridad como un negocio. Si tú dejas de ver la seguridad como un negocio, avanzaste un paso gigantesco.

En seis años de gobierno es difícil resolver los problemas de varias décadas. ¿Puede Juan Zepeda?

—Si nos ponemos las pilas, podemos replicar lo que se hizo en Nezahualcóyotl. Yo digo que en dos años en el Estado de México vamos a estar cambiando una realidad de casi 90 años.

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