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En la Zona Metropolitana del Valle de México cada año aumenta entre 10% y 20 % el número de casos por mordedura y piquetes de animales ponzoñosos, como alacranes, víboras de cascabel y orugas, así como las arañas: viuda negra, capulina o violinista, informó Patricia Escalante Galindo, jefa del Servicio de Toxicología Clínica del Hospital Juárez de México.

El Centro Toxicológico atiende un mayor número de personas por envenenamientos. Únicamente el año pasado se presentaron 280 pacientes provenientes principalmente de Santa María La Ribera, Martín Carrera, Gustavo A. Madero, San Felipe de Jesús, Cuautepec, Amecameca, San Martín Teotihuacán y Ecatepec.

En conferencia de prensa, a la que asistió el director general del centro médico, Martín Antonio
Manrique, la especialista Escalante Galindo dio a conocer que el Centro de Toxicología es considerado el más importante de América Latina y el Caribe, por sus avances en la investigación en la región.

Para enfrentar las emergencias, en esta unidad opera el Banco de Antídotos y Antagonistas, equipado con tecnología y suficiente cantidad de dosis.

Ofrece atención médica especializada en el área de urgencias para adultos, terapia intensiva y consulta externa. También atiende intoxicación por consumo de medicamentos y exposición a cáusticos, ácidos o álcalis.

Desde hace 10 años, proporciona orientación telefónica. Recientemente, por redes sociales explica cómo se debe actuar en caso de un ataque de esta fauna. Además, lleva a cabo investigación y capacitación especializada del personal médico, así como a integrantes de la Cruz Roja y Protección Civil.

Asimismo, forma parte de la Red de Toxicología Latinoamericana y del Caribe que integra 23 centros.

Expertos de esta unidad han publicado nueve guías de práctica clínica para el diagnóstico y tratamiento de mordeduras de arañas y serpientes venenosas.

Autoridades del Hospital Juárez de México firmaron un convenio para el traslado de pacientes a la unidad con el Grupo de Rescate del Estado de México, que agiliza la atención de este tipo de urgencias.

Explicó que la presencia de los animales con ponzoña obedece a la deforestación, el cambio climático y la transportación de frutas y verduras de las zonas rurales a los centros de abasto. Esta fauna peligrosa rápidamente se adaptó al medio ambiente capitalino.

“El fenómeno de animales de ponzoña no se había visto en la Ciudad de México, pero lo hemos detectado porque somos quizá una zona estratégica, además de que somos testigos de la deforestación, y se suma la colindancia con el Estado de México, además de los estragos del cambio climático, los camiones que transportan vegetales y frutas, los marítimos que han traído animales. Antes no se conocía la Ciudad de México como una zona endémica de animales de ponzoña, pero poco a poco ha cambiado el panorama”.

El tiempo de atención es vital para cada especie, incluso la muerte. Si se trata de mordedura de víbora o picadura de alacrán, recomendó a la población no succionar el veneno ni cortar o colocar torniquetes, sino trasladarse inmediatamente al hospital más cercano. Para las arañas, los lesionados cuentan con menos de 24 horas para
su atención.

En el Centro Toxicológico del Hospital Juárez de México 40% de los pacientes llegan por automedicación, 30% por picadura o mordedura de animales de ponzoña, 10% por exposición a agentes cáusticos y 20% restante por otras causas, como la inhalación de gases o el contacto con plaguicidas y algunas plantas.

Reciben al paciente bajo un procedimiento. Cuando un paciente ingresa por haber inhalado gas
tóxico “los especialistas que lo reciben deben estar protegidos al máximo, porque el paciente los puede contaminar, en este espacio aislado abordan al intoxicado usando mascarillas de carbón
y lentes especiales”, detalló Patricia Escalante.

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