México se “durmió en sus laureles” con el TLCAN: Guajardo

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El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, aceptó que tras concretar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), “en algunos momentos”, México “se durmió en sus laureles” en la estrategia de diversificación del comercio nacional con el resto del mundo.

Insistió en que México debe ir a una negociación con Estados Unidos en la que el objetivo sea ganar-ganar, aceptando que la integración regional de América del Norte ha sido positiva y considerando incorporar temas que hace 20 años no estaban en el tratado,, como el comercio electrónico, la energía y las telecomunicaciones.

Destacó: “Sin duda habrá negociación, pero debe ser inspirada en cómo hacer mejor este acuerdo, dirigida a no adoptar influencias que el tiempo nos demostró que no funcionan.

“Imponer aranceles y cuotas en restricción al comercio es parte de lo que vivió el mundo en los años 70 y se demostró que no son solución al desarrollo, al crecimiento y a la competitividad. Por lo tanto, sí iniciará una negociación, pero bajo elementos claros de aquello que nos puede beneficiar a los tres países”, dijo.

Al participar en la reunión plenaria de los senadores del PRI, el funcionario indicó que desde el inicio de esta administración comenzaron los trabajos para revigorizar la integración de Mexico con el mundo.

Tras destacar que quienes se oponían al TLCAN hace dos décadas hoy piden defenderlo, subrayó que México trabaja desde 2013 en modernizar un acuerdo comercial con Europa, en consolidar la Alianza del Pacífico y se avanzó en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP).

“Si algo vamos a aprender de esta elección y de este nuevo reto es que tenemos que reinventarnos desde el punto de vista de nuestras capacidades competitivas y de desarrollo, para precisamente tener una plataforma de mayores balances y mayores equilibrios”, comentó.

Guajardo Villarreal expuso ante los senadores del PRI que la renegociación del TLCAN con Estados Unidos no será inmediata pues, de acuerdo con la legislación estadounidense, deben pasar 90 días después de que el gobierno anuncie la decisión para iniciar las pláticas.

Delineó los tres pilares con los que México irá a una eventual renegociación del TLCAN: que sea un diálogo trilateral, en el que las partes tengan la misma valoración de lo que ha sido el tratado para la región.

“No puede un negociador iniciar un proceso sin que las partes que lo integran reconozcan que este mecanismo ha sido benéfico para los tres países sentados en la mesa”, dijo.

Enfatizó que hace 20 años México y sus negociadores no apabullaron a sus contrapartes estadounidenses. “No puedo caer en ese juego porque todos conocemos que en Estados Unidos, siempre han tenido equipo muy profesional y con conocedores de lo que está en juego en la mesa. Entonces no puedo caer en esa tentación de decir éste es un tratado que sólo ha beneficiado a México.

“Ha beneficiado a los tres países. Y es fundamental que mi negociación parta de ese entendimiento, porque si no, lo que sigue será sesgado, será un esfuerzo simplemente de reequilibrar algo que no está desequilibrado”, dijo.

El secretario concluyó: “Primer pilar, tú no puedes empezar una negociación aceptando un posicionamiento que dice que sólo tú has ganado en el acuerdo que tienes vigente”.

Como segundo aspecto, definió el aceptar que el mundo se ha transformado y asumir que hay áreas que deben potenciarse, como el comercio electrónico, las telecomunicaciones y la integración energética de América del Norte, que no forman parte de NAFTA. Cambiar lo necesario para beneficiar a los tres países.

El tercer pilar es el de ir a una negociación de ganar-ganar.

En su exposición, Guajardo hizo notar que en la mesa de senadores había “gladiadores” que impulsaron hace 20 años la consolidación del TLCAN. “El tiempo nos está dando la razón... hoy, hasta opositores de aquel tiempo, nos piden que defendamos lo que diseñamos hace más de 20 años”, indicó.

El secretario de Economía enfatizó que poder analizar el siguiente paso que tiene que dar el país frente a una nueva coyuntura obliga a valorar lo que se construyó “justamente juntos”, en la integración que México hace a la economía global.