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La preocupación por la situación del país estaba en sus rostros. No era un día de campo para los seis funcionarios que tenían la misión de explicar el incremento en los precios de las gasolinas en todo el país y cómo se están combatiendo los abusos ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.

Este viernes, los secretarios del más alto nivel tenían que enfrentarse a los ocho grupos parlamentarios que serían la voz de los mexicanos y salir adelante ante los cuestionamientos y críticas por el gasolinazo.

Carpetas, folders, plumas, asesores y subsecretarios estaban a la disposición de los titulares de Hacienda, José Antonio Meade; de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; de Pemex, José Antonio González; de la Profeco, Ernesto Nemer; de la Cofece, Alejandra Palacios Prieto, y de la Comisión Reguladora de Energía, Guillermo García Alcocer.

No hubo sonrisas, ni bromas. Fueron más de seis horas en un salón donde se respiraba tensión. En el lugar había silencio y sólo se escuchaban las voces de los oradores y el ruido de los flashes de los fotógrafos.

No era fácil explicar un incremento de más de 20% en las gasolinas y el diesel, y aceptar que no habría marcha atrás. Desde tribuna hubo críticas al Presidente de la República, a los secretarios, a las reformas estructurales, a los privilegios que tienen los funcionarios del gobierno federal. Incluso, salió a relucir la frase del presidente Peña Nieto, de que se acabó “la gallina de los huevos de oro”.

A Meade se le nota tranquilo, pero cansado. Luce un corte de cabello reciente. Mete su mano izquierda a su saco y saca su teléfono, que no soltó durante toda la comparecencia.

Es el turno de Morena, quienes votaron en contra del incremento a las gasolinas, y sube a tribuna el senador Mario Delgado. Receta una serie de críticas y culpa al secretario Meade de ser el responsable del gasolinazo y de decretarlo desde su escritorio. Incluso, lanza una pregunta al funcionario de Hacienda. “¿De cuánto serán los gasolinazos que tienen autorizados para el 4, 11 y 18 de febrero?”.

En el salón se hace un silencio. Es el momento más álgido de la comparecencia. El legislador de izquierda logró lo que no habían obtenido los demás senadores: que Meade se acomodara en su lugar y pasara saliva. El ex titular de Sedesol dejó su celular, mientras se escuchaba el aplauso de los legisladores de izquierda.

En una esquina, los priístas tenían cónclave (Jorge Carlos Ramírez Marín y Jericó Abramo) y al escuchar la pregunta regresaron a sus lugares. Meade sacó su experiencia política y le respondió directo a Mario Delgado, negó que él fuera el responsable y le reviró con una crítica. “Plantear que es una decisión tributaria [el gasolinazo] a lo mejor le recuerda al senador Delgado lo que hacía cuando era secretario de Finanzas [del GDF], en donde subía el predial. Ahí sí en una decisión de su escritorio”. Esto levantó el ánimo a los diputados priístas que tenían repleto el salón y estallaron en aplausos.

La vocera del PRD en San Lázaro, Cristina Gaytán, le echó más sal a la herida. Al subir a tribuna pidió al presidente Javier Bolaños que leyera el artículo 61 de la Constitución, en el que explica que no se puede reconvenir a los legisladores federales. Esto encendió los ánimos y salió el eterno defensor del PRI, Jorge Carlos Ramírez Marín. “Los secretarios vienen a establecer diálogo, si te dijeron algo que te duela espera tu siguiente intervención”.

A punto de terminar la comparecencia, el vicecoordinador del PAN, Federico Döring, sacó el tema de moda: Las gallinas y los huevos de oro. Aseguró que quienes tenían la obligación de instrumentar las reformas estructurales “no lo supieron hacer y a un año estamos ahora pasando del ‘saving México’, al gallinicidio”.

Ramírez Marín devolvió el golpe al panismo: “No busquemos dónde está la gallina, busquemos qué hicimos con los huevos de oro. Está muy claro qué hicimos: Estelas de Luces, bicentenarios, dispendios en los estados, repartos indiscriminados de recursos”.

Fue el día en que Meade salió en hombros, pues capoteó lo mejor posible todas las preguntas y cuestionamientos de la oposición, pero en la calle y en todos los establecimientos del país el precio de la gasolina no baja y, al contrario de los funcionarios, no pudieron negar los futuros gasolinazos.

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