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Sentado en un sillón rojo, David Ross, mejor conocido como el fotógrafo del poder, rememora que la primera fotografía que lo inició como retratista político fue hace 40 años y su primera placa la hizo al priísta Manlio Fabio Beltrones, cuando el actual presidente nacional del PRI era candidato al Senado de la República.

Ahora, David Ross ha perdido la cuenta de los personajes ha capturado su lente, pero dice que son miles, entre ellos el actual presidente de la República, Enrique Peña Nieto, cuando se encaminaba a la gubernatura del Estado de México.

En el marco del Congreso Nacional de Marketing Político, David Ross recibió un reconocimiento por sus cuatro décadas de trayectoria, además se montó una exposición en su honor en el Centro Banamex.

Ross bromea: “A quien me gustaría retratar es a la reina Isabel II, del Reino Unido”. En cuanto a la política, en toda su trayectoria, asegura que ningún político cambia, aunque las realidades sí lo hagan.

“Los políticos no cambian, aunque sí se necesita que haya una transformación y que ellos estén cada vez más preparados, que sean más responsables y cobren conciencia sobre la importancia que tiene una imagen para proyectarse”, dice.

¿Cómo comienza David Ross a retratar el poder hace 40 años?

—Yo soy ingeniero civil, hace más de 50 años tuve un cargo importante en una empresa donde aplicaba conocimientos técnicos y me metí a la mercadotecnia, tengo una maestría en esa área.

En ese entonces no había fotógrafos industriales, comencé a aprender y tomar la cámara, que me gustaba desde niño. Un fotógrafo no se improvisa ni se hace por suerte, lo mismo que un domador de leones.

¿Quién fue su primer político retratado?

—Manlio Fabio Beltrones, hace 40 años. Él es quien marca la pauta. Le tomé la foto cuando iba a ser candidato a senador de la República. También retraté a Manuel Bartlett por aquellas fechas y después me seguí con muchos más.

¿Ernesto Zedillo fue el primer presidente de México que fotografió?

—Sí, fue Zedillo. Lo que pasa es que me costó mucho trabajo, porque llegar a retratar al Presidente no es fácil. Me dediqué durante un año a retratar las giras del candidato a la Presidencia, que en ese entonces era Luis Donaldo Colosio. Me dejó plantado cuatro veces.

¿Nunca le pudo hacer un retrato a Colosio?

—No, nunca lo pude hacer. En aquella época me costó mucho trabajo, después mataron a Colosio, subió Zedillo y afortunadamente me dieron la oportunidad. Pude convencer a quien le manejaba la imagen, a tal grado que bajó 2 millones de fotografías de Ernesto Zedillo, las tiraron a la basura y tomaron la mía.

¿A cuántos políticos ha logrado fotografiar?

—Son miles. He retratado a todo tipo de políticos, candidatos a diputados, alcaldes, gobernadores, llega un momento en que es uno tras otro.

¿También a directores de medios de comunicación y periodistas?

—También a ellos. Por ejemplo, al Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz [Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL].

¿A quién le gustaría retratar?

—A la reina Isabel II, del Reino Unido, pero no se deja.

¿Cuál es su visión de la política?

—Procuro permanecer imparcial. Yo sólo quisiera que mi país tuviera muy buenos políticos y que progresara mucho y pronto.

¿Cuándo se está preparado para dar el click?

—El click sale, a quien tengo que preparar es a la persona. Cuando veo que está lista, son muchos clicks, porque son bastantes pensamientos que pululan por su mente.

Pero tienen que ser los mejores pensamientos de fuerza y alegría, eso es lo que me da el resultado.

¿Qué trata de proyectar en las fotografías de los políticos?

—Trato de proyectar poder, y lo logro. Salgo a la calle y se ven imágenes pésimas de políticos. Ocho de cada 10 fotografías de ellos son malas. Una fotografía buena no es en la que sale bien, es la que cautiva y doblega la voluntad del espectador. Si lo hace, es porque aparece como líder y entonces el espectador lo ve de esa manera y lo sigue.

En su trayectoria de más de 40 años, ¿cómo ve los cambios que se han presentado en la política?

—Todo cambia para que quede igual. Los políticos no cambian, ellos son los que no lo hacen, pero sí se necesita que haya una transformación en los políticos y que ellos estén cada vez más preparados, más responsables y cobren conciencia de la importancia que tiene una imagen para proyectarse.

Lo que hagan bien y lo que vayan mejorando demuéstrenlo, hay que cacarear el huevo y un político logra hacerlo bien con una buena proyección y una excelente imagen, después vienen las cifras y los discursos. Pero si no tiene una buena imagen, por más discursos que dé, el político no tendrá el apoyo, ni la fuerza, ni el poder. Por la gente usted puede hacer cosas, pero agradecerá más cómo la hace sentir.

Por último, los detalles del retrato de Enrique Peña Nieto, ahora presidente de México

—Cuando fue candidato llegó desvelado, cansado, en un mal momento. Él mismo comentó que no era su mejor momento, pero tomamos el retrato y salió espectacular.

¿Retratará de nueva cuenta a Enrique Peña Nieto?

—Ojalá me llamaran, me daría mucho gusto acercarme a mi Presidente.

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