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A la sombra de un Lázaro Cárdenas de cartón, el senador perredista Zoé Robledo Aburto sostiene que las corrientes del PRD han ocasionado vicios como el nepotismo y la opacidad al interior de este partido, por lo que urgió a la desaparición de estas expresiones, incluida a la que pertenece Nueva Izquierda.

A la postre, el senador por Chiapas dice que las llamadas tribus le han hecho mucho daño al sol azteca por su pelea en territorios y sus cotos de poder, por lo que como aspirante a relevar a Carlos Navarrete como presidente del PRD propuso “poner a dormir a las corrientes”.

“Si hoy las corrientes ya no le aportan nada al partido, pues en ese sentido es hora de ponerlas a dormir en un sueño permanente, dando las gracias a sus contribuciones”, dijo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el perredista chiapaneco sostiene que la dirigencia de Carlos Navarrete no fue un fracaso, sino una consecuencia de la crisis que vive el país.

¿Hay salvación para el PRD, cuál es la autocrítica hacia el interior?

—El problema es que los partidos tradicionales del país están en crisis. De acuerdo con la última encuesta de confianza en las instituciones, la institución con menor confianza en el país son los partidos políticos, por primera vez están debajo de la policía.

El PRD no sólo tiene salvación, tiene mucho futuro y creo que tiene mucho que seguir aportando al país.

¿Cómo calificas a la dirigencia de Carlos Navarrete, fue un fracaso?

—No fue un fracaso. Ningún proceso electivo de cualquier dirigente partidista en nuestro país ha sido tan amplio y democrático como el de Navarrete, pues fue conducido y operado por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Las condiciones que pusieron en crisis a todo el país no le corresponden solamente al PRD, no digo que no tenga responsabilidades como en el caso Iguala [Guerrero], las tiene, pero no son únicas del PRD.

La mejor demostración de que Carlos Navarrete no fue un fracaso es que hoy tenga la autoridad moral para proponer la transformación del PRD y plantear la salida anticipada y que no se lea como una derrota o la salida por la puerta de atrás.

¿Dicen que las corrientes le dieron la espalda a Navarrete?

—Sí tuvo respaldo en algunas decisiones, quizá no el suficiente.

¿Podría ser el fin de las corrientes, lo propondría como aspirante?

—El PRD en su fundación, al ser un conglomerado de diversos partidos socialistas, comunistas, priístas, había una lógica de otorgar un espacio. Con el paso del tiempo las corrientes se fueron transformando en espacios de poder, en cotos de territorio y clientela política que a la postre hicieron mucho daño. Si las corrientes ya no le aportan nada al partido, es hora de ponerlas a dormir en un sueño permanente, dando las gracias a sus contribuciones.

¿Senador, usted pertenece a alguna corriente?

—Sí, me identifico con Nueva Izquierda y también en Chiapas es la corriente donde hago política.

¿Renunciaría a su corriente?

—Sí, es un momento en el cual hay que dar ese paso, no como un acto de deslealtad, sino a un acto de lealtad a un colectivo más alto que es el PRD.

Si la gente quiere participar en el PRD, hay que quitarle el obstáculo de las corrientes.

¿De llegar a la dirigencia, renunciaría al Senado?

—Tendría que revisar si en los estatutos del último congreso nacional se quedó firme la posibilidad de ser senador y dirigente. Lo sigo por mi responsabilidad con los chiapanecos de representarlos.

¿De qué tamaño sería la cirugía para el PRD y la crisis que vive?

—Tiene que ser una cirugía no cosmética. La cirugía que se debe hacer es volver a conectarnos al corazón de aquellos que imaginaron un partido político como opción de gobierno distinta.

El PRD tiene que ser el partido de los jóvenes mexicanos, con una izquierda nueva, una izquierda progresista, una izquierda de cambios, de causas, de libertades, yo a eso aspiraría.

¿Hacia dónde debe caminar el PRD?

—Tiene que ser más transparente, pedir la declaración fiscal, patrimonial y de intereses a todos sus candidatos y dirigentes. Que fuera el primer partido que asumiera la transparencia no como un discurso que es siempre pasajero. El PRD debe definir muy bien su programa de gobierno porque se necesita una oposición y no reacciones opositoras a cada coyuntura. Transformar por completo el método de candidatos y transformarlo pasa por quitarle el poder a las corrientes. El 50% de las candidaturas tiene que ir a los militantes y el otro 50% a candidaturas externas.

¿Propone debate con los demás aspirantes?

—Lo que propongo es reunirnos y hacer una deliberación pública, no de candidaturas, sino que hacia afuera vean las condiciones.

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