El joven - algunos le dicen “maravilla”- intenta deslindarse del actual dirigente nacional panista, Gustavo Madero, con una línea discursiva que contiene dos elementos: la renovación del partido, “un PAN fresco”, y sacudirle cualquier sospecha de actos de corrupción, los famosos “moches”, nos dicen.

El diputado federal Ricardo Anaya -36 años de edad- ha articulado su discurso para llegar a la presidencia azul a partir de los resultados de la elección del 7 de junio: la gente está cansada de los políticos de siempre y la corrupción, así que o se renuevan o seguirá la debacle.

Al interior de su equipo de trabajo, nos comentan, se maneja la directriz de sacudirse al maderismo, como parte de su oferta política.

En su primera experiencia como dirigente interino - cuando a finales de 2014 Madero decidió buscar una diputación federal-, se le tildó de ser una marioneta del chihuahuense, quien a las pocas semanas volvió a tomar las riendas de la presidencia para conducir la contienda electoral 2015.

Ahora, nos dicen, hay señales de un deslinde de don Ricardo con su quien ha sido su principal impulsor en el PAN.

¿Será una mera estrategia para ganar las simpatías de la militancia? ¿Nombrará a Madero coordinador de los diputados federales, una vez que gane la presidencia?

Ya se verá de qué está hecho el “joven maravilla”.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses