René Bejarano nunca abandona un pequeño cuaderno. Ahí anota frases, horas, días y hechos relacionados con sus actividades políticas. “Ya estoy muy acostumbrado a la ingratitud, pero no olvido”, asegura el profesor.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el líder de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN) hace un balance de los resultados obtenidos por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en las elecciones del pasado 7 de junio. Urge repensar al partido, dice Bejarano.

Lo acusan de traición en el DF, que operó en contra del PRD.

—Un análisis objetivo de la elección de los factores que influyeron en el resultado, sin ánimo de buscar coartadas, son el desempeño del gobierno, las elecciones son de alguna manera un referéndum de cualquier gobierno, el desempeño de los gobiernos locales, la unidad o división de quienes compiten, el perfil de los candidatos, el contexto nacional y la forma en que éste influye, la estructura del poder, la calidad de la elección, el nivel de participación de la gente. Todos esos factores sumados pueden ayudar a ganar o perder. No es una derrota de la izquierda, es una recomposición al seno de la izquierda. Gana Andrés Manuel López Obrador, pierde Mancera; gana Morena, pierde el PRD; gana la izquierda, pierden el PAN y el PRI.

¿Es un llamado de atención rumbo a 2018?

—El gobierno de la ciudad de México debe seguir igual si quiere, pero si piensa darse continuidad debiera repensarse. El PRD requiere repensarse. En la perspectiva de la sucesión presidencial de 2018 no debemos seguir en la práctica de quienes practicaron el colaboracionismo y firmaron el Pacto de México, porque eso a la postre fue un desastre, pero tampoco el sectarismo. La izquierda dividida casi siempre será vencida. El gobierno de la ciudad de México necesita revisarse en su desempeño, si realmente es un gobierno de izquierda y quiere que la izquierda siga en el poder necesita revisar qué es lo que no está funcionando, por qué la gente no votó por las propuestas de ese gobierno, porque muchos de los candidatos eran muy cercanos al titular del Ejecutivo. Por qué la gente está insatisfecha en la ciudad.

¿René Bejarano es un traidor, según lo que dijo Raúl Flores, presidente del PRD en el DF?

—Yo soy leal a mi causa y siempre he estado sometido a muchas pruebas como para andar traicionando a nadie. Ni siquiera me traiciono a mí mismo.

¿Pesó la salida de líderes?

—Un centenar, la mayoría de Nueva Izquierda y del grupo del jefe de Gobierno (Vanguardia Progresista).

¿Por qué migraron?

—Por la mala selección de candidatos y la falta de operación política, por imponer candidaturas impopulares.

¿Coincide con Carlos Navarrete en que el PRD en el DF va camino a perder en 2018, y si eso sucedería a nivel nacional?

—Se veía venir una adversidad por diversos efectos. Si ahora no corregimos, pensar que se puede ganar la Presidencia de la República con una izquierda dividida, es un error; pensar que se puede rehacer a la izquierda volviéndose a acercar a Peña Nieto, es absurdo; creer en las alianzas con el PAN es otro error.

¿Qué le dijeron cuando usted advirtió las posibles derrotas?

—Menospreciaron. Estaban muy contentos festejando sus ‘agandalles’. Los Chuchos (Nueva Izquierda), Vanguardia Progresista, otros, ya nos pasaron a perjudicar, como diría Cuauhtémoc Blanco, con otras palabras.

¿Hay posibilidad de la unidad?

—La unidad se construye, urge romper con el ciclo de dispersión que empezó en 2012 y regresar al ciclo de unidad que empezó en 1981.

López Obrador dice que con el PRD ni a la esquina.

—Hay muchas formas de hacer la unidad, que se construye desde abajo. Los colaboracionistas tienen que correrse a la izquierda, tiene que haber un proceso de renovación, no apostar a los mismos candidatos reciclados.

¿Pero lo que dice Andrés Manuel?

—Yo no comparto esa visión.

¿Andrés Manuel tendría posibilidad en 2018?

—Si revisamos históricamente en México y en Latinoamérica, la izquierda gana cuando se une.

¿Es muy difícil el desandar ese camino?

—No sería mala idea repensar a la izquierda. No sería mala idea rehacer un proyecto. El Partido Comunista se disolvió para dar lugar al PSUM, el PSUM se disolvió para dar paso al PMS, el PMS le heredó su registro al PRD. Por qué no pensar en que el ciclo del PRD como tal ya no necesariamente debe mantenerse y si hay condiciones para fundar un nuevo partido con otros partidos, es una opción. La marca PRD tiene presencia y requiere su transformación, no se trata de disolverse para saltar al vacío.

¿Puede el PRD pasar a otro ciclo?

—Yo veo que en muchos lados el PRD ya dejó de existir como partido, porque si se revisa en algunos lados, el resultado es que el PRD está en sexto o séptimo lugar.

¿Habría disposición de Nueva Izquierda y de Morena?

—Siento que Nueva Izquierda (corriente del PRD) está en un ejercicio de autocrítica, he escuchado a (Carlos) Navarrete (presidente del PRD) en lo público y en lo privado y lo veo en un ánimo de recomposición, pero vamos a ver si lo dejan o si realmente lo quieren hacer.

¿A quién ve encabezando la candidatura de la izquierda en 2018?

—No se puede descartar a nadie, porque la política es así. Sin embargo, hay que ser realistas y buscar.

¿Le ve madera a Miguel Ángel Mancera para encabezar un movimiento así?

—Pues está bien subirse a la bicicleta los domingos y correr y aparecer encabezando carreritas, pero para ser presidente de México se necesita mucho más.

¿Ve a personalidades más que a partidos compitiendo por la jefatura de Gobierno?

—Cada quien tiene su apuesta, yo creo que él (Miguel Ángel Mancera) tiene sus compromisos y sus aspiraciones, su forma de hacer política, creo que no le han resultado las cosas, ni en el gobierno, ni en el partido, porque de que influye en el partido, lo hace.

¿Dónde se rompió la relación de Bejarano con Mancera?

—El 24 de diciembre de 2012 a la una de la tarde, en las oficinas del Palacio del Ayuntamiento, en donde Mancera me invitó a platicar de un proyecto que se llamaba derecho al alumbrado público, que implicaba cobros de un 10% de tarifa eléctrica para aumentar las finanzas del gobierno de la ciudad, pero le dije que eso era un error, que nos oponíamos al alza de las tarifas de energía eléctrica. Después de eso rompió toda comunicación conmigo, desde entonces no tengo una comunicación personal directa con él. Creo que se enfermó de poder, esa enfermedad de poder que implica hablar con la gente con la que más o menos coincide y no hablar con quien tiene puntos de vista diferentes. Es un ejemplo de quien pierde perspectiva y se marea en el ejercicio del poder y no alcanza a vislumbrar los fenómenos en su forma más alta. No es un asunto personal, no es ningún reproche. En las encuestas el desempeño del jefe de Gobierno no es el mejor, es el más bajo de todos los jefes de Gobierno desde 1997, las encuestas lo dicen.

¿Sale mal ponderado el personaje?

—El problema de la enfermedad de poder es que a veces se encapsula el gobernante, el príncipe o el rey (citando a Maquiavelo) y alrededor del rey se genera una corte de incondicionales y corifeos que lo halagan y adulan y detrás de él murmuran.

¿IDN se reunirá con Morena?

—Sí, con sus nombrados delegados. Son reuniones públicas, de trabajo,

¿La pérdida en elecciones posiciona a IDN y René Bejarano?

—A nosotros en IDN nos han extendido certificado de defunción ya 18 veces, somos como el Bruce Willis de la política, somos el Bruce Willis 18 Duro de Matar.

Así remata el profesor que día a día anota en su cuaderno lo que dialoga, lo que negocia. Para no olvidar.

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