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A un año de ser detenido en Brasil, en el marco del Mundial 2014, el panista Rafael Medina Pederzini señala que luego de esta experiencia se dedicará a defender a internos de bajos recursos que necesitan de un abogado.

Confía en que la idea de apoyar a quienes no cuentan con los recursos suficientes para pagar un abogado, vaya creciendo hasta tener una asociación civil, donde participen más despachos y más litigantes que puedan retomar un caso de estos y lo defiendan sin cobrar, “entonces podremos hacer un gran cambio en el país”.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Rafael Medina recuerda que de ser el viaje de sus sueños, ir al mundial de futbol, se convirtió en su peor pesadilla, pues en menos de 24 horas se encontraba detenido en el Ministerio, acusado de agresión física y sexual.

El también consejero nacional del PAN asienta que tras seis meses de ser señalado fue exonerado de todos los cargos que se le habían imputado, pues quien lo acusaba argumentó que a él no lo recordaba en la riña, dijo: “al de lentes nunca lo vi”.
 
¿A qué se dedica Rafael Medina, después de lo ocurrido en Brasil?

— Litigo. Regresé a mi profesión de abogado, muy contento. Con lo que puedo y me dan, en la parte de litigio, estoy  ayudando a gente de bajos recursos. Cuando vives una experiencia así también te toca convivir con la injusticia y te das cuenta que no sólo en Brasil hay injusticia, aquí mismo en México hay mucha injusticia y entonces gente que es inocente, como lo fue en mi caso, no tiene apoyo.

Yo afortunadamente tuve el apoyo de mi familia, de mis amigos, de mis ahorros y pude pagar un abogado, pero hay gente que ni siquiera puede hacer eso, y hace que se quede en la cárcel aunque sean inocentes. Pues algunos casos que me llegan de bajo recursos y que no pueden pagar abogado y que en la lectura del caso te das cuenta que es inocente o tiene la presunción de que lo es, les llevo el asunto.

La idea es que esto vaya creciendo, poder tener una asociación civil donde participen más despachos y más gente, que retome un asunto de estos y lo haga sin cobrar, entonces podremos hacer un gran cambio en el país.

Una de las cosas que quiero es aprovechar mi vivencia de todo esto, y ayudar a gente, no sé cuánto, quizá a una o dos, pero me sentiré complacido.

¿Consideras que este hecho afectó la imagen de Acción Nacional?

— No, porque más que sucederle a un panista le pasó a un mexicano. Pues soy un mexicano más que le pasó vivir algo así en Brasil, que le tocó vivir una injusticia como le pasa comúnmente a muchos mexicanos en Estados Unidos, en Europa, o en otros lados.

La etiqueta de que a cuatro mexicanos nos toca vivir esta experiencia por ‘mirreyes’ brasileños, llevan el proceso hasta las últimas (consecuencias). Sergio y yo somos los únicos panistas. No voy a renunciar al partido, soy consejero nacional.

¿Regresarías a Brasil?

— Nunca digas nunca, pero por el momento no está en mis planes regresar a Brasil. Esto ya va ser siempre parte de mi vida. Pero no está en mis planes viajar allá, prefiero ir a otro lado, pero luego la vida te hace regresar, quién sabe.

¿Podemos decir que Rafael Medina es inocente?

— Totalmente. No sólo lo digo yo, también lo dice el juez cuando me expone el ‘usted disculpe, nos equivocamos’, pero se hizo justicia. Creo que mis oraciones fueron escuchadas. Decido no dar entrevistas antes por mi familia, pero después de un año es ésta la que me dice que ya salga, que no debo esconderme porque no hice nada. Aquí estoy dispuesto a seguir adelante.

Si me invitan a trabajar en el servicio público aceptaría si se da la oportunidad, ahorita estoy dedicado a mis actividades de abogado, pero cuando yo entro a política lo hago por una vocación de servicio, y si recibo una invitación lo voy hacer.

El suceso

¿Qué pasó aquella tarde del 29 de junio en Fortaleza, Brasil?

— Mi más grande sueño que era ir al Mundial —como el de muchos mexicanos—, se transformó en una pesadilla. Íbamos en el taxi, teníamos que tomar un avión para regresar al crucero tal como venía el paquete que habíamos pagado, de ahí a Río de Janeiro para regresarnos a México, ya estábamos en los últimos días para estar allá.

Veníamos en el taxi para el aeropuerto, Sergio venía adelante fumando, de repente alguien le pega dos veces en la cara, evidentemente Sergio se molesta, se baja del coche de inmediato para alcanzar a este cuate que venía como en una turba, con mucha gente, gritándose con otros mexicanos, su hermano Ángel (de Sergio), se baja también del taxi, y se meten a una pelea campal que estaba sucediendo en la calle.

Mateo y yo que veníamos sentados en la parte de atrás del taxi, no supimos qué hacer, tardamos un poco en reaccionar, pues no sabíamos a bien qué estaba pasando. Nos salimos del taxi, por atrás me empujan, me echo a correr, encuentro a un policía le pido ayuda, nos regresamos a la zona donde estaba todo esto, y me encuentro a Sergio y Ángel detenidos, y el policía me pregunta ‘¿son tus amigos?’, le respondo ‘sí’. Me voltea a ver la playera de México, me detiene, me lleva con ellos, se acerca Mateo y les dice: ‘yo soy testigo, yo vi que no hicieron nada’, le preguntan ¿son tus amigos?, responde ‘sí’, y nos llevan a los cuatro detenidos.

Inicia todo el proceso, sin duda un proceso difícil porque después nos enteramos que cuando pensábamos que era solo por una riña, resultó que uno de los cuates que estaba involucrado el que el pega a Sergio, (David Chaves), resulta ser el hijo de un ministro de allá, del director del Instituto de Criminalística del estado (Fortaleza).

Vivimos muchas injusticias, desde el hecho que en Brasil como en México cuando te acusan por una riña pasas el proceso en libertad, a nosotros nos llevan a prisión dos meses bajo el argumento que como somos mexicanos, en México hay muchos narcotraficantes, son peligrosos para Brasil. Eso hace que estemos dos meses.

¿Cómo fue el apoyo de la embajada mexicana?

— Siempre nos apoyó.

El ataque

Los acusan de agredir sexualmente a la esposa de David Chaves...

— Eso es falso. Lo que ocurre entre muchas cosas, este cuate declara que golpea a Sergio dos veces, y asesorado no sé por quién, pues en varias de sus declaraciones decían cosas diferentes, y en una de esas, menciona que Sergio toquetea a su esposa. Luego los abogados nos explicaban que era muy probablemente buscar un móvil para que no lo acusaran de lesiones (a David), porque a Sergio le rompen las costillas, y nunca lo dejan acusar a los hermanos brasileños, que fueron los que se dedicaron a hacer la riña.

¿Qué recuerdas de ese episodio?

— Pasan muchos sentimientos, vivir una injusticia así tan fuerte, te hace reconsiderar muchas cosas, y te hace acercarte a cosas que a lo mejor venías perdiendo, como el tema de Dios. Al menos yo en lo personal tuve un reencuentro con él, valorar muchísimo cosas que antes no valoraba, encuentro con amigos, más tiempo con la familia. Cuando regreso (finales del mes de noviembre), busco estar cerca de mi familia, de mis papás, de mi esposa, hermanos, todo mundo, y sacar todo lo bueno de una injusticia de ese tipo. En los momentos más difíciles, cuando estás todos los días diciendo: ‘Dios ¿por qué me hiciste esto, si yo no hice nada?’, son momentos durísimos.

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