Con falta de capacitación y poco tiempo para prepararse, conscientes de que la evaluación por sí misma no mejorará la calidad de la educación, pero motivados por ascender laboralmente, maestros de educación básica acudieron al primer día de concurso para cargos de dirección, supervisión y asesoría técnica pedagógica.

Una evaluación dividida en dos partes, que en total duró ocho horas (cuatro en la mañana y cuatro en la tarde), con 120 reactivos de “confusión múltiple” en cada parte del concurso, que contestaron en computadora. Para algunos la prueba no fue fácil por la falta de capacitación.

La profesora Rosalinda Román Domínguez fue la tercera en salir de una de las sedes en el Distrito Federal, de las 249 ubicadas en el país. Aspira a que le asignen una subdirección en la secundaria técnica 96.

“Ya había concursado en Carrera Magisterial y ahora me sentí más segura, no se me hizo complicado. No estoy en contra de la evaluación, eso nos exige ser mejores y prepararnos”, dijo.

Alfredo Acosta concursó por una plaza de supervisor de educación física. Con 23 años de servicio busca cambiar su actividad más que mejorar su sueldo. “Las preguntas son de confusión múltiple, no me asusta la prueba sino el resultado. Fue con mucha premura esta convocatoria, los temarios son extensos y hubo poco tiempo para prepararnos”, señaló.

Daniel Labanda, maestro de matemáticas, aspira a una subdirección. Por ser egresado de universidad tiene candados para su crecimiento dentro de la docencia.

“Nos sometemos a la evaluación pero nos ponemos en tela de juicio si estamos preparados o no, en realidad es punitivo. El examen es ambiguo y tuvimos poco tiempo de preparación”, dijo.

Aseguró que de cualquier forma el sindicato no les auxiliará si no aprueban los exámenes de permanencia, en septiembre.

“Es necesaria la evaluación tanto para permanecer como para ascender. En el caso del maestro tratamos con seres humanos, lo que nos exige estar capacitados, por desgracia muchos compañeros no lo están, o entraron por otros mecanismos que no son adecuados, y nuestras herramientas de trabajo son seres humanos, no podemos jugar con ellos, no podemos estar adivinando qué hacer con ellos”, explicó Deyanira Pérez, profesora de Formación Cívica y orientadora en la Secundaria 102.

“Este es el procedimiento para obtener la promoción, no puedo opinar de mis compañeros, sólo por mí. El hacerlo por computadora a través de 120 reactivos con cuatro posibilidades de respuesta, es una manera de medir los conocimientos que tenemos como maestros”, dijo Yoatzin Ruiz, directora de un jardín escolar con 15 años de servicio.

“Es un examen en el que nos permiten encontrar cuáles son muestras debilidades y fortalezas. Es un poquito cansado, sobre todo porque no están las sillas adecuadas para un adulto y me da la oportunidad de saber qué es lo que puedo mejorar”, mencionó Beatriz Toledo, directora de una escuela primaria con 24 años de servicio.

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