Entre Brasil y México no hay rivalidades. Si acaso pudiera existir alguna, se ubicaría en el ámbito del fútbol, pero no más. No pelean por un liderazgo regional y si ambos países no van juntos, no hay futuro para ninguno de los dos, asegura el embajador de Brasil en México, Marcos Raposo Lopes.

“No tenemos rivalidad ni competencia, tenemos que ir los dos, no veo algún punto en nuestra relación bilateral en el que Brasil gane con el hecho de que México pierda y viceversa”, asume el diplomático.

Es en este contexto en el que este lunes llega a la ciudad de México, la presidenta Dilma Rousseff, quien realizará una visita de Estado con la que se pretende profundizar las relaciones bilaterales.

Raposo Lopes concluye en los próximos meses una misión que le ha llevado en México cuatro años. Le ha tocado trabajar para que las relaciones bilaterales se encuentren en el nivel que califica de óptimo. “La visita a México de la presidenta es muestra de cuán bien están las relaciones”, subraya.

Refuerza su argumento al recordar que el primer viaje que realizó el presidente Enrique Peña Nieto, como mandatario electo, fue a Brasil.

Él identifica “un gran problema”. “Somos muy parecidos pero no lo sabemos, somos casi iguales. Suelo decir que si tomamos un periódico y traducimos la primera página y lo vendemos en mi país nadie se dará cuenta que no son noticias de Brasil. Para lo bueno y para lo malo somos muy parecidos”.

Además de que los presidentes se han reunido al menos cinco veces en foros multilaterales, el comercio bilateral anual asciende a 9 mil 200 millones de dólares, se eliminó el requisito de solicitud de visas y poco más de 300 mil brasileños visitaron México en 2014.

El diplomático tiene un ejemplo, que utiliza en varias de sus intervenciones para explicar el tamaño de la inversión mexicana en su país, con la cual dice que de manera cotidiana los brasileños utilizan productos hechos en México, o de inversión del país, pero al final del día negarían haber tenido contacto con algo de la nación mexicana.

“No es una cifra despreciable nuestro comercio pero tenemos que crecerlo. Tal vez los acercamientos puedan concluir en un Tratado de Libre Comercio pero eso toma tiempo”, advierte. En turismo, por ejemplo, hace cuatro años existía un vuelo diario entre Sao Paulo y la ciudad de México, hoy hay dos vuelos diarios, uno más a Río de Janeiro y otro entre la capital brasileña y Cancún.

El brasileño asegura que la buena dinámica multilateral que existe podría propiciar que la Alianza del Pacífico, bloque constituido por México, Colombia Perú y Chile, pueda concretar acuerdos formales con el Mercosur. “La Alianza del Pacífico es una de las grandes novedades de los últimos años”.

Brasil da la bienvenida al hecho de que México haya entrado a las Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU, “hasta pudiera haber un tipo de cooperación entre militares, por la experiencia brasileña”.

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