La Asamblea Nacional Constituyente (ANC) impulsada por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, fue instalada ayer como órgano plenipotenciario, en medio del rechazo de la oposición que continúa con las protestas, y un grupo de países, a los que se sumó el Vaticano.

La ex canciller Delcy Rodríguez, de 48 años, fue elegida presidenta de la Asamblea, de 545 miembros. Estará acompañada por el veterano político Aristóbulo Istúriz y el ex fiscal general Isaías Rodríguez como vicepresidentes. La terna, propuesta por el dirigente oficialista Diosdado Cabello, fue aprobada por unanimidad.

La ex canciller no estaba entre los candidatos para asumir la presidencia de la ANC, entre los que estaban la esposa de Maduro, Cilia Flores, y el jefe de la bancada oficialista en la Asamblea Nacional, Héctor Rodríguez.

Rodríguez advirtió que la Constituyente tendrá una respuesta a la “derecha fascista [oposición] que pretende derrocar al gobierno constitucional y legítimo” de Maduro y pidió a los miembros de la Cámara evitar que esa oposición llegue al poder en el futuro.

“Son violadores de derechos humanos”, dijo al acusar a la oposición de la violencia en las protestas contra el gobierno. “Les decimos que si no toman el camino de la acción política se impondrá la justicia”, agregó.

Rodríguez convocó ayer a la primera sesión del “poder plenipotenciario”, que se realizará hoy para iniciar el proceso que reformará la Constitución venezolana y reordenará al Estado. “No crean que vamos a esperar semanas, meses, años, no. Desde mañana [sábado] comenzamos a actuar desde esta Asamblea Nacional Constituyente (...) y a los que hacen guerra sicológica al pueblo les llegará la justicia”, dijo.

Poco después, Maduro aseguró que la Constituyente empezará a tratar de inmediato la puesta en marcha de una “comisión de la verdad, la justicia” y la “reparación de las víctimas” de la violencia, de la que acusa a la oposición.

La Asamblea fue instalada en el Palacio Legislativo, al lado del salón de sesiones de la Asamblea Nacional (Congreso), de mayoría opositora y cuyo destino se desconoce. Los constituyentes juraron ante los restos mortales de Hugo Chávez cuidar su “legado”.

Rodríguez indicó a los demás representantes que el objetivo de este proceso, que podría demorar un año, es “apartar” los impedimentos de la actual Carta Magna vigente.

La ex canciller fustigó también al presidente estadounidense, Donald Trump, cuyo gobierno estableció una serie de sanciones contra funcionarios venezolanos como forma de presión para frenar la Constituyente. “Desde aquí decimos: imperio salvaje y bárbaro no te metas con Venezuela, que jamás se entregará”, indicó.

A la comunidad internacional le advirtió: “No se equivoquen con Venezuela (...) Los venezolanos resolveremos nuestro conflicto entre venezolanos, sin ningún tipo de interferencia extranjera o mandatos imperiales”.

Varios países señalaron en los últimos días que no reconocerán a la Constituyente, que consideran ilegal por no haber mediado una previa consulta al pueblo venezolano y ante la posibilidad de fraude en la cifra de votantes que, según el gobierno, participaron en la elección.

El Vaticano pidió todavía ayer temprano que se suspendiera la instalación de la Constituyente. Los cancilleres del Mercosur se reúnen hoy en Brasil para analizar la crisis venezolana. Se prevé la suspensión política del país, sin que ello implique una expulsión.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió retomar el diálogo en Venezuela para evitar llegar “más a la catástrofe”. Al mismo tiempo, anunció que otorgó medida cautelar de protección para la fiscal general venezolana Luisa Ortega, a quien el gobierno acusa de traición, por considerar que su vida e integridad “enfrentan riesgo inminente de daño irreparable”.

Unos 2 mil manifestantes se movilizaron desde cinco puntos de Caracas e intentaron, sin éxito, llegar a la sede del Legislativo para expresar su rechazo a la Constituyente, pero fueron bloqueados por los cuerpos de seguridad. Al final de la tarde se registraron algunos disturbios.

El vicepresidente del Parlamento venezolano, el opositor Freddy Guevara, quien encabezó la movilización, junto a otros diputados como Richard Blanco y Juan Andrés Mejía, consideró que la instalación de la Constituyente demuestra que Maduro “está dispuesto a llevarse por el barranco a toda Venezuela, incluso a él mismo”.

Guevara aseguró que la Constituyente “va a profundizar la crisis del país” e insistió que ante esto se debe continuar con la agenda de movilizaciones. “Vamos a enfrentar y a resistir y a desobedecer activamente cualquier decisión que surja de ese fraude Constituyente”, e insistió en que el Parlamento seguirá sesionando en el Legislativo.

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