Al menos 23 soldados egipcios murieron ayer en dos ataques suicidas con coche bomba contra controles militares en la provincia de Sinaí Norte, dijeron fuentes de seguridad, en uno de los más sangrientos atentados coordinados en años contra las fuerzas de seguridad.

Los dos autos explotaron cuando pasaban por dos puestos de control al exterior de un complejo militar justo al sur de Rafah, en la frontera con la Franja de Gaza, dijeron fuentes de seguridad. Ningún grupo se atribuyó la autoría de los ataques.

Las fuentes de seguridad dijeron que otros 26 soldados resultaron heridos en los ataques. No obstante, el ejército rebajó la cifra de víctimas, asegurando que el número total de soldados fallecidos y heridos fue de 26, sin aportar detalles.

Fuentes de seguridad describieron la acción de ayer como un ataque coordinado en el que coches bomba destruyeron los puestos de control mientras hombres armados en todoterrenos abatían a los soldados que huían. Asimismo, militantes en vehículos blindados disparaban con lanzagranadas a una instalación militar cercana.

El ejército puso un marcha un contraataque justo después, desplegó cazas de combate, destruyó seis vehículos y mató a 40 militantes que presuntamente participaron del ataque, según un video facilitado por los militares.

Militantes de Estado Islámico (EI) lideran un movimiento insurgente en la montañosa y escasamente poblada península del Sinaí y han matado a cientos de soldados y policías desde 2013. El ataque de ayer es el más grave en la zona desde 2015.

Estados Unidos condenó el atentado e indicó: “Expresamos nuestras condolencias a las familias de las víctimas y deseamos una pronta recuperación de los heridos. Seguimos apoyando a Egipto en la lucha contra el terrorismo”.

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