El presidente “no cometió ningún crimen”, dijo el abogado del presidente brasileño Michel Temer tras entregar ayer su alegato a la comisión legislativa que estudiará la denuncia por corrupción contra el mandatario, que podría costarle el cargo.

“Esta acusación no es contra un ciudadano común, es contra el presidente de la República y contra Brasil”, agregó el letrado António Cláudio Mariz de Oliveira, en la misma línea usada por Temer tras ser acusado el mes pasado por el fiscal general Rodrigo Janot. El escrito fue entregado a la Comisión de Constitución, Justicia y Ciudadanía (CCJ) de la Cámara de Diputados, de 66 miembros, que deberá recomendar al plenario si el proceso debe avanzar hacia la Corte Suprema o ser archivado.

La CCJ hará un primer análisis de los cargos y remitirá el caso al pleno de ese organismo legislativo, en el que si al menos dos tercios de sus 513 miembros acogen la denuncia, se autorizará el inicio de un juicio penal contra Temer, quien sería suspendido de su cargo por 180 días. El caso podría quedar decidido en 15 días.

El mandatario conservador, del partido PMDB (centroderecha), fue acusado de recibir un soborno de 500 mil reales (150 mil dólares) de JBS, la mayor procesadora de carne del mundo, a través de un asesor al que la policía fotografió recibiendo una maleta con el dinero antes de arrestarlo. Janot afirma que ese dinero estaba destinado al presidente, quien lo ha negado categóricamente.

El caso convirtió a Temer en el primer jefe de Estado brasileño en ser acusado de un delito común durante el ejercicio de su cargo. La crisis se produce apenas 13 meses después de la separación del cargo, en un proceso de impeachment, de la izquierdista Dilma Rousseff, de quien Temer era vicepresidente.

La defensa también impugnó la validez de una grabación, hecha por Joesley Batista, un dueño de JBS, en la que Temer parece avalar el pago de un soborno para comprar el silencio de un diputado preso.

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