Familiares de Liu Xiaobo esparcieron ayer en el mar las cenizas del premio Nobel de la Paz, en funerales cuidadosamente orquestados por el gobierno chino tras su muerte por cáncer cuando purgaba una condena.

Partidarios de Liu dijeron que el gobierno autoritario quiso así borrar permanentemente todo rastro del preso político más célebre de China, quien murió el jueves a los 61 años.

El hermano mayor de Liu, quien habló en la misma conferencia de prensa, agradeció al Partido Comunista y el gobierno por disponer el funeral de su hermano. Amigos de Liu consideran que su hermano, Liu Xiaoguang, nunca apoyó el activismo del premio Nobel. Liu falleció el jueves de un fallo multiorgánico tras una batalla contra un cáncer de hígado mientras cumplía una condena de 11 años de prisión por incitación a subvertir el poder estatal.

La información distribuida por las autoridades, que incluyó imágenes del funeral, fue el último de acto de una campaña de propaganda orquestada por el ejecutivo chino que buscaría acallar las críticas a Beijing por no dar un trato humanitario al caso de Liu. Un video sobre la atención hospitalaria que recibió Liu, publicado el viernes, parecía tener el mismo objetivo.

La esposa y otros familiares del preso político más conocido de China están fuertemente custodiados por las autoridades. Gobiernos de todo el mundo pidieron a Beijing que liberase a Liu Xia del estricto arresto domiciliario en el que vive hace años, pese a no haber sido condenada por delito alguno.

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