El gobierno que preside el chavista Nicolás Maduro ha iniciado un diálogo con el líder opositor Leopoldo López, encerrado desde hace más de tres años en una cárcel militar, reveló ayer la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, al tiempo que crecían las críticas a las fuerzas armadas por la represión de las protestas.

“Queremos informar que hemos iniciado un diálogo con el señor Leopoldo López”, dijo la ministra de Relaciones Exteriores durante un acto con militares en Caracas, dos días después de que se revelara un encuentro con el fundador del partido Voluntad Popular (VP) en la prisión militar donde cumple condena tras ser acusado de estar detrás de la violencia que se desató a raíz de una multitudinaria marcha antigubernamental convocada en 2014 por él y otros dirigentes en la que murieron tres personas, lo que dio paso a una ola de protestas durante cuatro meses que se saldaron con 43 muertos.

La celebración del encuentro al que asistió también el ex jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, y el alcalde de Libertador de Caracas, Jorge Rodríguez, fue dado a conocer el domingo por Lilian Tintori, esposa de López. La opositora aseguró el lunes que la medida de arresto domiciliario fue uno de los temas presentados a López durante ese encuentro. Sin embargo aseguró que el dirigente “jamás va a negociar su libertad”, porque antes está “la libertad de Venezuela”.

Rodríguez advirtió a la esposa de López que está a la espera de que “vuelvan a decir hoy que es mentira, porque el país entero conocerá, a través de cadena nacional, la verdad al respecto”, aseguró con relación a este diálogo del que no se conocen más detalles.

“No se puede tener un ejercicio de la política, de forma tan pueril, tan inmadura, tan irresponsable”, añadió.

En tanto, opositores venezolanos denunciaron que efectivos de las fuerzas de seguridad encargados de contener las protestas contra Maduro han robado y agredido a decenas de manifestantes y periodistas en las últimas semanas. Videos de uniformados empujando y despojando a civiles de sus celulares, bolsos y relojes en medio de manifestaciones del lunes, se volvieron virales.

El ministro de Defensa Vladimir Padrino López condenó el uso desproporcionado de la fuerza en el control de las manifestaciones y afirmó que “no quiero ver un Guardia Nacional más cometiendo una atrocidad en la calle”. Advirtió que quienes incurran en excesos deberán atenerse a las consecuencias y recordó que el Estado prioriza el respeto a los derechos humanos.

Mientras las protestas continuaban en el país, la tensión Venezuela-Estados Unidos escalaba. La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, dijo que Venezuela debería “abandonar voluntariamente su asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU hasta que ponga su casa en orden”. La funcionaria acusó al régimen de Maduro de estar “destruyendo los derechos humanos y la democracia” en el país sudamericano. Sus declaraciones se produjeron al margen de la 35 sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.

El gobierno de Maduro, insistió, “está deliberadamente matando de hambre e hiriendo a su gente... A ningún país que viole los derechos humanos se le debería permitir tener lugar en esta mesa”.

El embajador venezolano ante la ONU, Jorge Valero, señaló que es Estados Unidos el que debería abandonar el Consejo. “Su retiro de este cuerpo sería una ganancia para los derechos humanos en el mundo”, añadió, tras recortar que EU ha amenazado con dejar el ente por considerarlo demasiado crítico con Israel.

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