Una fuerza siria respaldada por Estados Unidos anunció el martes el inicio de una ofensiva para tomar la capital de facto del grupo Estado Islámico en Siria, la ciudad de Raqqa, en el norte del país, tras meses de operaciones para despejar la zona.

Raqqa fue una de las primeras ciudades tomadas por la milicia radical, en enero de 2014, y ha servido de refugio a algunos de sus líderes más destacados, incluyendo los ideólogos de los ataques de noviembre de 2015 en París y de otras acciones internacionales. Se espera que la batalla sea larga y sangrienta y podría suponer un importante punto de inflexión en la guerra contra los extremistas. 
Talal Sillo, portavoz de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), lideradas por kurdos, anunció el martes el inicio de la operación en coordinación con la coalición liderada por Estados Unidos. 
"Hoy declaramos el inicio de la gran batalla para liberar la ciudad de Raqqa, la supuesta capital del terrorismo y los terroristas”, dijo Sillo en una conferencia de prensa celebrada en el norte de Siria. “La moral es alta y la preparación militar para implementar el plan militar está completa, en coordinación con la coalición liderada por Estados Unidos”.

Los combatientes de las FDS comenzaron a avanzar hacia Raqqa en noviembre, recuperando amplias zonas controladas por los extremistas. La semana pasada, llegaron a las puertas norte y este de la ciudad tras intensos combates con la cobertura de la aviación de la coalición.

En la actualidad, Raqqa está rodeada desde el este, el norte y el oeste, y activistas de la oposición reportaron intensos bombardeos sobre la ciudad desde el lunes en la noche. Al menos 12 personas habrían muerto en esos incidentes.

No se espera que los radicales no entreguen la ciudad con facilidad. Las fuerzas iraquíes lanzaron en octubre una operación para tomar la ciudad de Mosul, la mayor urbe en manos de EI, y los combates siguen en marcha.

EI arrasó grandes zonas de Siria e Ira ken 2014, declarando de forma unilateral un califato islámico. Pero en los dos últimos años ha perdido gran parte de los territorios conquistados tras extenuantes operaciones de una serie de fuerzas sirias e iraquíes. Estas operaciones arrasaron comunidades en ambos países y obligaron a cientos de miles de personas a abandonar sus casas.

La milicia radical lleva meses reforzando sus posiciones en Raqqa, levantando barreras y colgando sábanas sobre las calles principales para cobijarse de las operaciones aéreas.

Un cinturón de minas terrestres y puestos de control militares rodean la ciudad. En el interior, todos los hombres recibieron la orden de vestir chilaba y pantalones anchos, la indumentaria típica de los yihadistas, para dificultar la distinción entre milicianos y civiles.

Sillo pidió a los residentes de Raqqa que se mantengan alejados de los "centros del enemigo y los puntos de combates".

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo opositor que monitorea el conflicto desde Gran Bretaña, reportó intensos enfrentamientos en los límites del vecindario Mashlab, en el este de la ciudad, así como en el interior de Division 13, una antigua base del ejército sirio en el norte de la ciudad, controlada ahora por EI.

Antes el martes, la agencia estatal de noticias siria reportó que al menos 12 personas, entre las que había mujeres y niños, murieron por ataques aéreos de la coalición encabezada por Washington. Las familias huían de la ciudad cruzando el río Éufrates en barco antes del esperado ataque de las FDS, agregó SANA.

El Observatorio elevó a 21 el número de fallecidos en los ataques aéreos del lunes por la noche, que según dijo habrían sido perpetrados por la coalición.

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