El presidente de Brasil, Michel Temer, fue denunciado ayer por el cargo de corrupción pasiva por el fiscal general, Rodrigo Janot, ante el Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima instancia judicial del país, por lo que se convirtió así en el primer mandatario en funciones de esa nación Latinoamericana que enfrenta cargos penales.

La acusación formal de Janot es la más reciente en una serie de pugnas cada vez más intensas entre Temer y funcionarios judiciales.

El fiscal general entregó su denuncia a Edson Fachin, el juez del STF, quien es relator del caso Lava Jato. Ahora le corresponde al Supremo Tribunal Federal decidir si acepta o rechaza la denuncia contra Temer.

En el caso de dar curso a la imputación, el STF debe encaminarla a la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la Cámara de Diputados.

Entonces, los legisladores deben decidir si la denuncia cuenta con los méritos suficientes. En caso de que dos terceras partes de la cámara baja decidan que los tiene, Temer será suspendido por hasta 180 días en lo que se realiza un juicio.

El presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia —aliado de Temer y quien se convertiría en el mandatario interino—, afirmó que está dispuesto a suspender el receso parlamentario para analizar la denuncia.

Janot también incluyó en su denuncia al ex diputado Rodrigo Rocha Loures, estrecho asesor del presidente, quien está detenido bajo cargos de recibir un supuesto soborno en nombre de Temer.

En la denuncia presentada, el fiscal general acusa al presidente de haber cobrado sobornos del frigorífico JBS para interceder en favor de la empresa en procesos en el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE).

Janot basó su acusación en un video grabado por el ejecutivo de JBS, Joesly Batista, con ayuda de la policía, bajo un acuerdo de cooperación judicial. En la grabación se ve a Rocha Loures salir de una pizzería en Sao Paulo con una maleta con medio millón de reales (153 mil dólares) entregados por la compañía.

De acuerdo con la investigación, sería una primera entrega de una serie pagada por el frigorífico. “Nótese que son graves los ilícitos practicados por los acusados (...) Actuaron con absoluto desprecio a la función de presidente de la República y de diputado federal”, explicó Janot.

El fiscal general dijo que Temer “engañó al pueblo brasileño” y calificó la escena de Rocha Loures cargando la maleta con dinero como una afronta “al ciudadano y al cargo público que ocupaba”.

Sin embargo, antes de la denuncia, Temer se mostró sereno en un acto con empresarios y aseguró: “Que nadie dude (...) Nada nos destruirá. Ni a mí ni a nuestros ministros”. El mandatario también sostuvo que no existe un “plan B” para el país.

En tanto, la justicia brasileña condenó ayer a 12 años de cárcel a un ex ministro del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva por la trama de coimas que hay en Brasil. Antonio Palocci, de 56 años, hombre fuerte también en el gobierno de Dilma Rousseff, fue condenado por corrupción pasiva y lavado “de más de 10 millones de dólares” en el caso Petrobras para financiar campañas políticas. Fue hallado culpable de negociar “sobornos entre el grupo Odebrecht y agentes del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda)”, de acuerdo con la sentencia.

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