La cumbre de jefes de Estado de la Unión Europea (UE) concluyó ayer sacando a la luz el primer desacuerdo en las negociaciones para que Reino Unido deje el bloque.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, criticó la oferta presentada por la primera ministra británica, Theresa May, sobre el trato que recibirán los ciudadanos comunitarios radicados en RU tras el Brexit.

Tusk aseguró que la propuesta está “por debajo de nuestras expectativas” y que con lo que ofreció la premier a los comunitarios, “es obvio que tratan de reducir sus derechos”.

Joseph Muscat, primer ministro de Malta, país que ostenta la presidencia semestral de la UE, dijo que hay unanimidad entre los 27 miembros respecto al capítulo migratorio y adelantó que aplicarán a Londres el principio de reciprocidad.

Afirmó que la aspiración es un trato similar para todos los ciudadanos comunitarios y no diferenciado, como ha propuesto May.

“Si no hay garantías para las cuatro libertades [bienes, capitales, servicios y personas] este ejercicio conducirá a una situación en la que se afectarán las relaciones entre RU y los 27”, afirmó la canciller alemana, Angela Merkel.

En la sesión del jueves, May destapó sus primeras cartas sobre migración. Propuso “derechos” para los ciudadanos comunitarios que llevan viviendo en Reino Unido cinco o más años. El próximo lunes presentará los detalles de su propuesta: cuáles son esos “derechos” (educación, salud, beneficios sociales, pensión), qué trato recibirán aquellos que no llegan a los cinco años, y a partir de qué fecha se hará el corte de caja del “periodo de gracia”, si es marzo de 2017, cuando se activó el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, o marzo de 2019, cuando Gran Bretaña dejará formalmente el bloque. “Es una oferta justa y seria, destinada a dar la mayor certeza posible a los ciudadanos que se han establecido en el Reino Unido”, aseguró May.

Desde el referéndum del año pasado, en el que la mayoría de los británicos se inclinó por el divorcio con la UE, millones de ciudadanos, tanto europeos que viven en Reino Unido como británicos radicados en países del bloque, viven sumidos en la incertidumbre sobre su futuro.

Al cierre de la ministerial, Tusk subrayó que la prioridad de las negociaciones para la salida británica, que arrancaron oficialmente el pasado 19 de junio, es reducir los riesgos que representa el Brexit para los ciudadanos comunitarios.

La última cumbre antes de la pausa de verano se caracterizó además por la reaparición del eje francoalemán en una conferencia de prensa conjunta entre Merkel y el presidente galo, Emmanuel Macron.

El mandatario francés, quien debutó en el Consejo Europeo, aseguró que la presencia de Merkel era más que simbólica, es señal del deseo de Berlín y de París de trabajar en sintonía para encontrar soluciones sostenibles.

“Cuando Francia y Alemania hablan con una sola voz Europa puede moverse hacia adelante”, aseguró el líder de la República en Marcha.

El bloque francoalemán dejó claro que no está entre sus prioridades hablar sobre el Brexit y que centrarán sus baterías en darle forma a una Unión sin Londres y a atender otros desafíos, como el cambio climático, las causas de la migración, la creciente ola del proteccionismo y el reacomodo de fuerzas de poder a nivel global tras la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca.

Merkel dijo que la finalidad del trabajo conjunto no es un nuevo tratado, pero se avanzaría en esa dirección en caso de ser necesario para que la Unión Europea cumpla con las expectativas ciudadanas de prosperidad, seguridad y empleo.

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