Un coche-bomba causó al menos 36 muertos al estallar ayer frente a un banco de Lahskar Gah, en el sur de Afganistán, mientras civiles y militares hacían cola para cobrar sus salarios, informó la policía.

La explosión, que también dejó unos 60 heridos, tuvo lugar hacia el mediodía ante una sucursal del New Kabul Bank, en el centro de la capital de la provincia de Helmand.

Un portavoz de los talibán, Qari Yusuf Ahmadi, reivindicó el atentado y dijo haber matado a “73 militares y policías”, aunque esa cifra debe tomarse con cautela, ya que los insurgentes suelen exagerar los balances de víctimas de sus ataques.

El servicio de prensa del gobernador de Helmand, que dio un balance de 34 muertos y 58 heridos, aseguró que “la mayoría de las víctimas son civiles, entre ellos mujeres y niños”.

Imágenes tomadas poco después de la explosión muestran cuerpos mutilados, amontonados apresuradamente en la parte trasera de los pick-ups de la policía.

El atentado se registró cuando los “civiles y militares esperaban en fila india para poder cobrar sus salarios”, explicó el responsable de la policía provincial, Aqa Noor Kentoz, a la televisión Tolo News.

La misma sucursal del New Kabul Bank había sido blanco de dos ataques en los últimos años. El primero, en diciembre de 2014, causó 12 muertos, incluidos los cinco asaltantes.

Y el segundo, un acto reivindicado por los talibán el pasado mes de febrero, se produjo en circunstancias similares al de este jueves: un kamikaze se hizo estallar mientras los clientes esperaban para cobrar sus salarios, dejando seis muertos y una veintena de heridos.

Lashkar Gah está prácticamente cercada por los talibán, que controlan tres cuartas partes de la provincia de Helmand, principal zona de producción de la adormidera, la planta de la que se extrae el opio. El país ha registrado un aumento de ataques en las últimas semanas, entre ellos uno que causó 150 muertos y 400 heridos el 31 de mayo en el barrio diplomático de Kabul.

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