La Policía Federal envió ayer al Tribunal Supremo un informe parcial en el que concluye que hay indicios de un posible delito de corrupción pasiva cometido por el presidente de Brasil, Michel Temer, informaron medios locales.

La policía pidió más tiempo para concluir sus investigaciones y presentar un informe completo sobre el caso, el cual ha puesto al jefe de Estado contra las cuerdas.

Temer es investigado por los delitos de corrupción, obstrucción a la justicia y asociación ilícita, después de que Joesley Batista, uno de los dueños de la multinacional cárnica JBS, lo acusara de recibir sobornos desde 2010. La policía no se pronunció todavía sobre el supuesto delito de obstrucción a la justicia, el cual, según la fiscalía, fue cometido por Temer al dar luz verde a Batista para comprar el silencio de Eduardo Cunha, ex presidente de la Cámara de los Diputados y preso por corrupción.

Una vez concluida la investigación policial, el fiscal general, Rodrigo Janot, debe decidir si presenta o no una denuncia contra Temer, quien se ha visto acorralado después de la explosiva confesión de Batista.

El mandatario denunció ayer mismo por calumnia, difamación e injuria a Batista, quien lo calificó de ser “jefe de una banda criminal”. En la esfera de lo civil, Temer exige un resarcimiento económico por “daños morales”. “El dinero será destinado a una institución de caridad”, dijo a la AFP una fuente de la Presidencia.

“Apuntan el dedo hacia otros intentando huir del castigo. Les aviso a los criminales que no saldrán impunes”, advirtió Temer en un video difundido por las redes sociales poco antes de despegar en Brasilia rumbo a Rusia y Noruega. En Moscú buscará atraer nuevas inversiones al país sudamericano.

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