Pocas cosas más españolas que el flamenco . Por eso, al experto en flamenco Ernesto Novales una sala de fiestas madrileña le propuso que organizara un espectáculo de canto y baile aprovechando los tres millones de visitantes de todo el mundo que la ciudad espera en junio para la World Pride, la gran fiesta homosexual internacional.

Pero Novales decidió llevar más lejos la idea. “¿Por qué no organizamos un festival flamenco centrado en la diversidad sexual?”, planteó, consciente de que aquello suponía derribar un tabú dentro de un género artístico con fama de conservador.

La idea cristalizó en Flamenco Diverso (del 25 de junio al 2 de julio), con tanto éxito que ha desbordado la capacidad del pequeño teatro en que se iba a celebrar (Luchana) para saltar con varios espectáculos al Coliseum, uno de los gigantes de la Gran Vía madrileña, en los que se representan musicales como El rey león o Mamma mía.

La principal figura del festival es Miguel Poveda, el cantaor más admirado de España y un icono en la lucha contra la homofobia. “Cuando se lo dijimos a Poveda se entusiasmó”, cuenta Novales en una cafetería de la céntrica plaza de Tirso de Molina. “Su trabajo para la visibilización del colectivo LGTB ha sido fundamental. Ha innovado en aspectos como las letras, negándose a repetir acríticamente discursos machistas que formaban parte de la poética flamenca. Hace poco se atrevió a denunciar al presidente de una peña flamenca por homofobia. Él no tenía nada que ganar con ese gesto, pero da confianza a chicos que pueden estar pasándolo mal en sus pueblos o en el instituto por los insultos”.

El ejemplo de Poveda ha allanado el camino de otros artistas, también presentes en el festival. Es el caso de Rocío Molina, ganadora del Premio Nacional de Danza, y Fernando López, que mezclan el flamenco con investigaciones artísticas sobre la identidad y los roles.

“Hay una leyenda negra alrededor del flamenco, pero es y ha sido tan conservador como el resto de la sociedad, ni más ni menos”, dice Novales: “Ha tenido travestis y muchos aficionados a la copla gais. Incluso durante la dictadura de Franco se toleraba la homosexualidad de figuras como Antonio el Bailarín, mientras no hicieran una reivindicación pública”.

Novales recuerda que esta diversidad se basa en que el flamenco ha tenido distintas puertas de entrada. “Aunque sea cierto que la base de la comunidad podía ser tradicionalista, al mismo tiempo llegaron muchos homosexuales atraídos por el baile, que siempre ha sido una disciplina apreciada por los gays porque permitía expresar cosas que la sociedad no dejaba decir con palabras”, cuenta.

También recuerda que los tabús son en muchos casos recientes, y no tienen que ver con la tradición flamenca. Por ejemplo, hace 100 años las mujeres tocaban la guitarra flamenca, y fue durante el siglo XX cuando la costumbre se perdió. “Y ahora en este festival tendremos un espectáculo con dos mujeres guitarristas, porque las tocaoras están volviendo”, dice.

El festival no ha podido librarse de la polémica en los medios de comunicación conservadores, y algún locutor estrella de la radio no ha ahorrado en burlas sobre “el flamenco gay”. Novales asegura que esto proviene de una concepción errónea de su propuesta: “No es un festival excluyente, al que sólo puedan asistir homosexuales. Al contrario, la mayoría del público de Poveda es hetero, y por lo general yo ni sé cuál es la tendencia sexual de los artistas que he contratado. No discriminamos; sólo se trata de intérpretes que comparten un discurso sobre la diversidad que interesa a cada vez más gente”.

ml

Google News

Noticias según tus intereses