El Rusiagate sigue escalando en intensidad y, esta semana, el protagonista ha sido Jared Kushner, yerno y mano derecha del presidente Donald Trump, y de quien ayer el diario estadounidense The Washington Post reveló que en diciembre pasado quiso establecer un canal de comunicación secreto entre el equipo de transición del magnate y el Kremlin. Además, se reveló de contactos con Rusia de los que no se sabía hasta ahora.

Según el Post, que citó como fuente a altos funcionarios estadounidenses, Kushner —a quien el Buró Federal de Investigaciones (FBI) declaró el jueves “persona de interés” en la trama rusa— se reunió en la Torre Trump de Nueva York durante el periodo de traspaso de poderes, entre el 1 y el 2 de diciembre, con el embajador ruso Sergey Kislyak para pedirle la creación de un sistema de comunicación secreto y seguro, usando dependencias rusas para evitar la intromisión de las agencias de inteligencia estadounidense.

En la reunión estuvo Michael Flynn, nombrado asesor de seguridad nacional y despedido del cargo por mentir al vicepresidente sobre sus contactos con Kislyak. Los servicios de inteligencia de EU descubrieron este hecho al interceptar una comunicación del embajador ruso con sus altos mandos en Moscú.

La Casa Blanca ya había informado de esta reunión de Kushner y Kislyak que, junto con otro encuentro con un gran banquero ruso, son las razones que convirtieron a Kushner en “persona de interés” para el FBI.

La duda está en qué información tenían que discutir que debía ser secreta. Según el mismo reporte, Kislyak desistió de crear ese sistema de comunicación, esgrimiendo los riesgos de seguridad no sólo para Rusia, sino también para la campaña de Donald Trump.

Para agravar las cosas, la agencia Reuters informó que Kushner habría sostenido al menos tres contactos con Kislyak de los que hasta ahora no se había informado, durante y después de la campaña presidencial de 2016. Dichos contactos incluyeron dos llamadas telefónicas entre abril y noviembre del año pasado.

Ayer mismo, el Post informó que el Comité de Inteligencia del Senado que investiga los nexos entre Trump y el Kremlin solicitará formalmente que se le entregue toda la documentación referida al equipo de campaña del magnate, incluyendo documentos, correos electrónicos y llamadas telefónicas desde junio de 2015. Es la primera vez que la investigación del Congreso sobre la trama rusa llega a mandos operativos del equipo electoral.

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