Renán Calheiros, jefe del partido del presidente Michel Temer en el Senado, dijo ayer que el mandatario debe “comprender su papel en la historia” y “facilitar una salida” a la crisis generada por serias acusaciones de corrupción en su contra.

“No diría que estoy a favor de una renuncia”, pero es “necesario hallar una salida a la crisis” y “la que interesaría más hoy sería una elección en el Congreso” para designar un “nuevo presidente” lo “más rápidamente posible”, dijo Calheiros, dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera Temer.

Las declaraciones se produjeron en medio de la crisis que afronta el mandatario, tras revelarse que habría aceptado sobornos millonarios de parte JBS, principal productor de carne del mundo. Ayer mismo, Rodrigo Rocha Loures, diputado del PMDB acusado de corrupción en el escándalo que afecta al presidente, devolvió con menos dinero una maleta que había recibido con presuntos sobornos, según reportaron varios medios locales.

Rocha entregó a la Policía Federal la maleta con 465 mil reales (unos 110 mil dólares), según la estatal Agencia Brasil, 35 mil menos de lo que contenía originalmente de acuerdo a lo denunciado por la empresa JBS. No está claro qué ocurrió con el dinero faltante. JBS entregó la maleta como parte de los numerosos pagos que hacía a partidos políticos para garantizarse su apoyo, según la empresa.

JBS denunció a Temer por corrupción, presentando, entre otras pruebas, una grabación de audio en la que el presidente parece avalar el pago de sobornos. Otra prueba fue un video en el que se ve a Rocha, un estrecho colaborador de Temer, recibiendo la maleta con medio millón de reales en un estacionamiento de autos de Sao Paulo de manos del ejecutivo de JBS Ricardo Saud. El dinero estaba registrado por la policía, ya que JBS estaba en ese momento colaborando ya con la Justicia. La propia empresa está siendo investigada y llegó a un acuerdo para una llamada “delación premiada” que le permite obtener beneficios en su propio juicio.

El mandato de Rocha en el Congreso ha sido en tanto suspendido.

Otro colaborador cercano de Temer, Tadeu Filippelli, quien dirigía la sucursal en Brasilia del PMDB, fue arrestado ayer en relación con una investigación sobre los costos de la renovación del estadio local para el Mundial de 2014.

La policía federal brasileña dice que las obras de construcción fueron facturadas a un sobreprecio de más de 260 millones de dólares.

Horas después del arresto, Temer despidió a Filippelli.

Además, la Corte Suprema despojó al diputado Paulo Maluf, aliado del jefe de Estado, de su mandato legislativo y lo condenó a casi ocho años de prisión por lavado de dinero. Asimismo, le prohibió ejercer cargos públicos.

El caso contra Maluf, del Partido Progresista (PP, derecha), remite a un esquema de sobornos iniciado en los años 90 en Sao Paulo, donde fue gobernador. Según la fiscalía, siguió participando activamente “en los años siguientes”. De acuerdo con el expediente, Maluf ocultó y disimuló el origen de esos recursos mediante un esquema de cuentas en Suiza, Inglaterra y las Islas Vírgenes.

El Supremo Tribunal Federal de Brasil ha iniciado pesquisas en torno al propio Temer por posible obstrucción a la justicia y corrupción pasiva. El mandatario insiste en su inocencia y rechaza los pedidos de que renuncie.

El escándalo amenaza con enfriar la salida de Brasil de la recesión y paralizar las reformas promercado en el Congreso, según analistas. “Temo un tercer año consecutivo de recesión”, dijo a la AFP Gesner Oliveira, profesor de economía de la Fundación Getulio Vargas (FGV). La calificadora de riesgos Standard and Poor’s advirtió que podría rebajar la nota de Brasil, debido “a la creciente incertidumbre política”.

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