El presidente estadounidense, Donald Trump, recibió hoy la principal distinción de Arabia Saudí por sus esfuerzos para mejorar las relaciones bilaterales y difundir la paz y la estabilidad en el mundo, informó la casa real saudí.

En una ceremonia posterior en la Gran Corte Real Saudí, el rey Salman colocó a Trump la medalla de Abdulaziz Al Saud, el honor civil más alto de la nación.

La medalla, entregada a Trump por sus esfuerzos para fortalecer los lazos en la región, también ha sido otorgada al presidente ruso, Vladimir Putin, a la primera ministra británica, Theresa May, y al predecesor de Trump, Barack Obama.

Funcionarios de la Casa Blanca esperan que esta gira de a Trump la oportunidad para recomponerse tras uno de los periodos más complicados de su joven gobierno. La Casa Blanca no gestionó bien el inesperado cese del director del FBI James Comey, que supervisaba una investigación federal sobre los posibles vínculos entre la campaña del republicano y Rusia.

El miércoles, el Departamento de Justicia cedió a los llamados de los demócratas para nombrar un fiscal especial y se decantó por el exdirector del FBI Robert Mueller para encabezar la pesquisa.

Momentos después de que Trump partiera hacia Arabia Saudí, se publicaron nuevas informaciones sobre la investigación de Rusia que amenazaron con restar protagonismo a la primera gira internacional del mandatario. The New York Times reportó que el republicano calificó a Comey de "verdadero loco" mientras discutía la pesquisa en curso con dos altos funcionarios rusos que visitaron la Oficina Oval antes este mes. Además, les dijo que despedir a Comey "acabó" con la "gran presión" que estaba sintiendo por el proceso, agregó.

The Washington Post, por su parte, publicó que un asesor de Trump, que no fue identificado, estaba siendo considerado "persona de interés" en la investigación de las autoridades. Además, Comey habría accedido a prestar declaración en una audiencia pública del comité de Inteligencia del Senado en un futuro cercano, agregó.

A pesar de sus problemas a nivel nacional, se espera que Trump reciba una cálida acogida en Arabia Saudí. La familia gobernante estaba molesta con la distensión con Irán impulsada por su antecesor Barack Obama y por sus reservas a la hora de abordar la guerra civil en Siria.

Carteles con la imagen de Trump y el monarca salpican las carreteras de Riad con el lema "Juntos venceremos" y el lujoso hotel del presidente estaba bañado con luces rojas, blancas y azules y, en ocasiones, con una imagen de la cara del mandatario.

Trump y el monarca se reunieron brevemente en la terminal de aeródromo para tomar café. Después, Trump se dirigió a su hotel antes de las demás reuniones de la jornada. Durante el vuelo, el presidente se reunió con su equipo, trabajó en discurso que ofrecerá en el país y aprovechó para descansar un poco, dijo el secretario general de la Casa Blanca, Reince Priebus.

A su llegada a Arabia Saudí, Melania Trump vestía un overol negro con un cinturón dorado y no se cubrió la cabeza, como suelen hacer los cargos extranjeros que visitan el país. En 2015, su esposo criticó en Twitter a Michelle Obama por no vestir velo durante su visita al reino.

Para un presidente que basó su campaña en el lema "Estados Unidos primero", el viaje es un momento crucial para que sus socios aumenten su compromiso con alianzas con décadas de antigüedad.

"El presidente Trump entiende que 'Estados Unidos primero' no supone solo Estados Unidos", dijo H.R. McMaster, asesor de seguridad nacional del republicano. "Priorizar los intereses de Estados Unidos supone fortalecer las alianzas y asociaciones que nos ayudan a extender nuestra influencia y a mejorar la seguridad del pueblo estadounidense".

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