El primer ministro irlandés Enda Kenny anunció este miércoles que dejará de liderar su partido Fine Gael esta medianoche, abriendo el proceso para elegir a un nuevo jefe de gobierno.

"El año pasado dije que no lideraría al Fine Gael en las próximas elecciones. Hoy decidí materializar esta decisión", dijo el líder de centroderecha, de 66 años, en un comunicado.

Kenny llegó al poder en 2011, cuando el país seguía bajo el impacto de la gran crisis que estalló en 2008. Aunque fue reelegido en 2016, no logró la mayoría absoluta y se vio obligado a contar con apoyo de la oposición.

Siempre dijo que no aspiraría a un tercer mandato, pero su salida se precipitó por las críticas a su gestión de un escándalo en la policía.

La dimisión abre un proceso que acabará con un nuevo secretario general del Fine Gael y primer ministro, el 2 de junio como muy tarde.

"Quiero asegurar a la gente que durante este proceso interno, seguiré cumpliendo con todos mis deberes y responsabilidades", afirmó Kenny, que llevaba 15 años al frente del Fine Gael.

Dos candidatos han declarado, por el momento, su interés en sustituir a Kenny al frente del partido y del país.

Leo Varadkar, de 38 años, no tiene el perfil habitual en un país socialmente conservador y relativamente homogéneo, étnicamente hablando.

Se trata de un dublinés, hijo de un inmigrante indio y una irlandesa, y se convirtió en el primer miembro de un gabinete irlandés en declarar abiertamente su homosexualidad, durante una entrevista en la radio en 2015, pasando a hacer campaña por el matrimonio homosexual y la liberalización del aborto.

Ministro de Protección Social, Varadkar es médico y ejerció hasta conseguir un escaño de diputado en 2007.

Su rival será presumiblmente Simon Coveney, de 44 años, un poco más experimentado y más ajustado al perfil de dirigente irlandés.

Casado y padre de tres hijas, Coveney fue elegido diputado en 1998 tras la muerte de su padre, que ostentó antes que él el escaño de Cork South-Central.

Actualmente al frente de la cartera de Vivienda, antes fue ministro de Defensa y de Agricultura.

Kenny pasará a la historia de Irlanda por haber sido el primer ministro que gestionó la ayuda que las instituciones internacionales brindaron para evitar la quiebra de su país, que se vio superado por el estallido de la burbuja inmobiliaria y el consiguiente hundimiento de la banca.

Este político, de buen carácter y don de gentes, alcanzó el poder en 2011, un año después de que Dublín acordará recibir 67 mil 500 millones de euros de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, para mal de su reputación, fue el encargado de poner en marcha los recortes asociados al crédito.

Aunque ganó un segundo mandato en 2016 -el suyo fue el partido más votado-, perdió muchos diputados y necesitó más de dos meses para poder formar gobierno. Los irlandeses le hicieron notar así su indignación por no sentir los efectos de la recuperación económica, pese a un crecimiento del 7% del PIB en 2015 y un fuerte retroceso del desempleo al 9% de la población activa.

iha

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