Jeanette Vizguerra, la mexicana indocumentada que estuvo refugiada tres meses en un templo de Denver, Colorado, y que recientemente fue incluida en el selecto grupo de la revista TIME como una de las 100 personas más influyentes del mundo, recibió una amnistía provisional que detuvo la orden de deportación en su contra.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Vizguerra relató emocionada cómo se encuentra tras su salida de la iglesia, habla de este triunfo sobre las políticas contra la inmigración que promueve la administración del presidente Donald Trump y sus planes para continuar luchando por otros.

¿Cómo lograste la amnistía que te ha beneficiado?

—Todo tiene que ver con un proceso donde un congresista te propone para recibir este beneficio; en mi caso, esta solicitud la hizo el senador Michael Bennet antes del 5 de mayo, porque después de ese día, por alguna razón, ya no están dando este beneficio.

Entonces, independientemente de tu lucha personal para resolver tu situación en el refugio donde estabas —amenazada por una deportación— también buscaste esta opción, ciertamente difícil, ya que oficialmente tienes cargos delictivos por falsificación de documentos y reingreso a Estados Unidos por segunda ocasión.

—Todos buscamos las posibilidades que están a nuestro alcance. Los cargos de los que se me acusan no son precisos, lo de mi número de seguro social no se trató de robo de identidad, fue simplemente un numero inventado, así que no es grave, y mi reingreso al país —Estados Unidos—, después de ir al entierro de mi madre, es una falta administrativa. Mi caso fue tomando importancia, ya que soy una activista social y algunos políticos de Colorado se ofrecieron a apoyarme, por eso el senador Bennet estuvo solicitando esta amnistía personal desde 2009.

¿Cómo funciona este proceso?

—El senador Bennet me propuso para esta amnistía personal y se sigue un proceso dentro del congreso, y al final un panel o un congresista que lidera, da o no la autorización. Fuimos 28 personas indocumentadas las que recibimos el pasado 11 de mayo la noticia de que podíamos permanecer en el país hasta marzo de 2019, fecha en la que el Senado ratifica o no nuestra situación para una residencia legal permanente; en Colorado, fuimos dos personas las beneficiadas.

¿Cómo fue posible que 28 personas indocumentadas lograran este tipo de amnistía en época de Donald Trump?

—Porque en todos los casos ya se venían intentando desde la administración de [Barack] Obama, o sea que nuestros casos alcanzaron a ser prácticamente los últimos bajo los criterios del ex presidente Obama. Yo creo que el señor Trump no debe estar muy contento con esto y menos con mi caso, que tuvo tanta atención internacional.

¿Para marzo de 2019 tendrás garantizada tu residencia legal en Estados Unidos?

—No. Es sólo una posibilidad, al final pueden volver a negarla y se reactivaría mi orden de deportación. Por eso yo no me voy a quedar con los brazos cruzados, no voy a estar de fiesta ni voy a pachanguearla estos dos años, voy a seguir trabajando en mi caso y también seguiré ayudando a mi comunidad, que es lo que me gusta hacer.

¿Qué mensaje le envías a los indocumentados que tienen orden de deportación o que eventualmente podrían estar en esa situación?

—Para Homeland Security [Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos] cada caso es diferente, no en todas las situaciones aplica lo mismo, pero sí tienen que buscar cuáles alternativas y salidas pueden tener. Deben buscar y aplicar siempre una estrategia. Lo más importante es que no se rindan, que no se dejen.

A veces los mismos abogados les dicen que ya no hay nada que hacer, que ya te tienes que ir porque [quedarte] es perder el tiempo. El mensaje es que no se rindan, siempre va a haber opciones, sólo hay que buscarlas.

Volviendo a Trump, ¿cómo sientes que su administración toma esto que te ha sucedido?

—He estado pensando mucho en eso. Mi caso ha sido completamente público a nivel mundial y darme este beneficio a mi sola, sin haber estado dentro de un grupo, hubiera sido admitir que les gané. Entonces, como para que no se vea de esa manera, me incluyeron en un grupo. La razón por la que lo hayan hecho nunca la vamos a saber, pero sí agradezco a la vida que me dejen estar afuera con mis hijos y seguir luchando.

¿Qué mensaje le envías al presidente Donald Trump?

—Tiene que ser más humano con la gente y entender a cuantos niños y niñas está dañando [con sus políticas migratorias]. Él tiene hijos y no le hubiera gustado que los dañaran. Que piense en cuantos niños esta dañando, no tanto los adultos, los niños.

Con una sonrisa Jeanette Vizguerra se despide; comenta lo cansada que está, pero que no puede darse el lujo de descansar.

“Fui a correr un minimaratón con mi nieta. He comido con toda la familia, mis hijos están felices igual que mi esposo y yo”, confiesa esta mujer mexicana de origen muy humilde, pero con una evidente fortaleza humana y una enorme vocación de servicio a la comunidad indocumentada que actualmente vive en Estados Unidos.

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