La Casa Blanca vivió ayer la que por ahora es el encuentro de mayor rango entre oficiales rusos y estadounidenses con la visita del ministro de Relaciones Exteriores de Moscú, Serguei Lavrov al presidente Donald Trump.

El encuentro se llevó a cabo a puerta cerrada en el Despacho Oval y trascendieron pocos detalles. La Casa Blanca, en un escueto comunicado, informó que Trump y Lavrov abordaron la situación en Siria y el tema de Irán, puntos delicados en la relación bilateral.

Según el comunicado, Trump presionó para que Rusia tome las medidas necesarias para controlar a sus aliados en Irán y al régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad. “Es necesario trabajar juntos para terminar el conflicto en Siria”, se lee en el documento.

Sobre el encuentro con el funcionario ruso, el presidente de EU sólo dijo que “fue muy bueno”.

Posteriormente, el jefe de la diplomacia rusa ofreció una conferencia de prensa en la Embajada de su país en Washington en la que calificó de “absurdas” las acusaciones de injerencia de su país en la política de EU y “humillante” para la población estadounidense. “No hay pruebas de ello”, agregó.

Reconoció que las relaciones entre ambos países “no están en las mejores condiciones”, pero que ahora el diálogo es más “de negocios” que con anteriores gobiernos.

“Nuestro diálogo ahora está libre de ideología, lo que era característico de la administración Obama (…) La administración Trump son gente de acción”, agregó.

Lavrov también habló de la reunión que sostuvo con su homólogo estadounidense, Rex Tillerson.

Afirmó que, en el tema de Siria, ambas partes están de acuerdo en que hay que poner fin a la “horrible matanza” que se vive en Siria “cuanto antes”. “Queremos llegar a acuerdos que resuelvan temas específicos”, resumió el ministro ruso.

Las fotos del encuentro entre Trump y Lavrov fueron distribuidas por las autoridades rusas.

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