El Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca le presentó al presidente de Donald Trump una serie de opciones para responder al programa nuclear de Corea del Norte, que incluye instalar armas nucleares estadounidenses en Corea del Sur o matar al dictador Kim Jong-un, informó ayer la cadena NBC.

Según altos funcionarios consultados por el canal, ambos escenarios son parte de la apresurada revisión que está llevando a cabo el equipo de Trump sobre la política estadounidense hacia Corea del Norte, la cual tuvo lugar con motivo del encuentro del mandatario con el presidente chino, Xi Jinping.

Ambos mandatarios calificaron ayer de positiva la cumbre de dos días que mantuvieron en Palm Beach, Florida, y expresaron sus votos para mejorar la “confianza” y “alianza” entre sus naciones. Sin embargo, el magnate presionó a su homólogo por la nuclearización de Corea del Norte y el comercio entre las naciones.

La reunión entre los mandatarios se llevó a cabo en el club Mar-a-Lago, propiedad de Trump. “Llegamos a muchos entendimientos comunes, el más importante es profundizar nuestra amistad y construir una especie de confianza”, expresó Xi en una declaración a la prensa en compañía del presidente estadounidense.

El republicano, quien se mostró “100% de acuerdo” con las palabras de su homólogo, reiteró a los periodistas que espera tener una relación “sobresaliente” con Xi.

Ambos presidentes se “comprometieron” a detener la “nuclearización de la península coreana e incrementar la cooperación”, informó a la prensa el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.

“No hubo ningún tipo de arreglo sobre el tema, pero el presidente Xi compartió la opinión de Estados Unidos de que esto ha alcanzado una etapa muy seria”, agregó.

El secretario de Comercio, Wilbur Ross, quien acompañaba a Tillerson, señaló además que ambos presidentes establecieron un plan de acción de 100 días sobre el comercio con China, con “estaciones de paso de logros” a lo largo del camino.

Trump, quien aceptó la invitación de ir a China este año, dijo en un comunicado que él y Xi “trataron asuntos críticos” enfocados “en los intereses nacionales de Estados Unidos”.

Xi destacó que acordaron “asumir la gran responsabilidad de promover el desarrollo de las relaciones sino-estadounidenses”; sin embargo, ninguno de los mandatarios abundó en los temas que abordaron. 

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