El terrorismo golpeó ayer a Rusia con un atentado con bomba en el Metro de San Petersburgo, que causó al menos 11 muertos y decenas de heridos, justo cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, se encontraba en la ciudad.

El Comité Nacional Antiterrorista (CNA) situó en 45 la cifra de hospitalizados, de los que 13 están en estado grave. El Ministerio de Sanidad había informado con anterioridad que siete personas murieron en el acto, otra en una ambulancia y dos más en el hospital, mientras seis de los heridos se reportaban como graves debido a heridas de metralla y quemaduras.

Aunque al principio se informó sobre dos explosiones, el CNA aseguró en un comunicado que la explosión ocurrió entre dos céntricas estaciones: Tej- nologuicheskiy Institut y Sennaya Ploshchad. La explosión causó una gran humareda, lo que obligó a evacuar a un gran número de pasajeros.

En las primeras imágenes divulgadas por los medios de comunicación se veían varios cuerpos ensangrentados tendidos frente a un vagón del Metro con las puertas arrancadas de cuajo debido a la onda expansiva.

Además, otro artefacto explosivo casero fue desactivado por los artificieros en la estación Ploshchad Vosstaniya, junto a la principal estación de trenes de la ciudad (Moskovskiy).

La fiscalía rusa inició un caso penal por terrorismo después de que Putin asegurara públicamente que la principal hipótesis es un atentado terrorista, aunque el Comité de Instrucción aseguró que aún no se descarta ninguna versión.

“Naturalmente, siempre analizamos todas las variantes, accidental, criminal y, desde luego, que tenga carácter terrorista”, afirmó Putin, quien acudió en la noche a depositar flores en el lugar del atentado.

Por el momento se desconoce al autor del ataque y, aunque fuentes oficiales informaron en un principio de un posible acto suicida, dos personas han sido declaradas en busca y captura por colocar los dos artefactos explosivos en la zona.

Según los medios, las cámaras de seguridad del Metro captaron la imagen de uno de los supuestos organizadores del atentado, un hombre de mediana edad con barba y gorro negro.

El atentado ocurrió cuando el jefe del Kremlin intervenía en San Petersburgo, su ciudad natal, en un foro de medios de comunicación organizado por su plataforma electoral, en el que aseguró que “la democracia parlamentaria tiene muchos defectos”.

Algunos políticos rusos consideraron que no es casual que el atentado coincidiera con la presencia en la ciudad del líder ruso.

El líder del partido Rusia Justa, Serguéi Mirónov, aprovechó el atentado para exigir el restablecimiento de la pena de muerte para los terroristas.

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“Terrible”. Donald Trump, presidente de la Unión Americana, calificó de “terrible” el atentado. El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró más tarde que Estados Unidos está “preparado para ofrecer a Rusia la asistencia que pueda requerir”.

El presidente Enrique Peña Nieto también expresó su solidaridad con el gobierno y pueblo rusos. “México expresa su profunda consternación por las explosiones en el Metro de San Petersburgo, Rusia”, escribió en Twitter.

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