La oposición venezolana volvió a movilizarse ayer contra el gobierno de Nicolás Maduro en Caracas y fue reprimida por la policía, que lanzó gases lacrimógenos a los manifestantes, en un nuevo capítulo de violencia que ha dejado nueve muertos desde el pasado 4 de abril.

Los manifestantes opositores intentaron llegar a la autopista Francisco Fajardo desde la cercana plaza Brión, en el municipio residencial de Chacao, Caracas, pero apenas se acercaron al cordón de seguridad recibieron una andanada de bombas de gases tóxicos. Decenas de personas sufrieron asfixia por las sustancias y resultaron heridas por perdigones, informaron las autoridades de Chacao.

Miles de manifestantes, aunque en menor número que el miércoles, se concentraron ayer en los mismos 26 puntos de Caracas, el objetivo de la marcha era una vez más llegar a la Defensoría del Pueblo para entregar un documento exigiendo la restitución del orden constitucional, que la oposición considera violado por Maduro.

Entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves se registraron disturbios y saqueos en sectores como El Paraíso. Algunos comercios y estaciones del metro no abrieron ayer.

Desde que comenzaron las protestas, el pasado 4 de abril, nueve personas murieron y cientos resultaron heridas y detenidas. Esta ola de protestas se registró por la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de quitarle las atribuciones a la Asamblea Nacional, que fue revocada después.

La marcha de ayer fue encabezada por el líder opositor Henrique Capriles, acompañado por el jefe legislativo Julio Borges y otros diputados, quienes apenas pudieron avanzar unos metros hacia la entrada de la autopista, antes de que las fuerzas oficiales los interceptaran.

Capriles dijo que la comunidad internacional tiene la mente “clara” respecto a lo que pasa en Venezuela y aseguró que el gobierno de Maduro sigue aplicando un “paquete de autogolpe”, como llama a las polémicas sentencias del TSJ contra el Congreso. “Tenemos que condenar la represión contra quienes piden elecciones. El año pasado nos quitaron el referéndum presidencial, suspendieron las elecciones de gobernadores y no se habla de las de alcaldes”, dijo.

En Chacaíto, Lilian Tintori, esposa del opositor encarcelado Leopoldo López, fundador del partido Voluntad Popular (VP), intentó marchar hacia la Defensoría del Pueblo y se vio afectada por los gases lacrimógenos. Desde ahí, ella le pidió a Maduro detener “la represión”.

En El Rosal, un sector aledaño al sitio donde se manifestó Tintori, un joven desnudo subió al capó de una tanqueta de la PNB e intentó dialogar con los efectivos policiales, quienes usaron la fuerza para desalojarlo.

La oposición pide a la Defensoría abrir un proceso contra los magistrados del TSJ que firmaron las dos sentencias contra la Asamblea Nacional, para que sean castigados por el intento de “golpe de Estado”.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, advirtió que la democracia venezolana está herida de muerte. El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a Maduro y a la oposición que retomen un diálogo constructivo.

Además, el gobierno acusa a un opositor del partido Vente Venezuela de la muerte de una mujer ayer durante las protestas. El ministro de Interior y Justicia de Venezuela, Néstor Reverol, aseguró que Paola Ramírez es “otra víctima del odio y la intolerancia” de la oposición venezolana.

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